viernes, 20 de abril de 2012

REVISTA EL GLOBO 05. OPERACIÓN TABURETE 2



¿Se levantarán los soñadores de sus camas, se espantarán los gorriones en sus nidos, se pondrán en guardia los dormitados CVP en sus garitas cuando en la madrugada del sábado 21 se escuche el tronar de este añejo canto?:

¿Quién viene por ahí?, pregunta la gente,
¿quién viene por ahí?, pregunta la gente.
Y yo como prudente le voy a contestar,
y yo como prudente le voy a contestar:

¡Somos de la Lenin, óiganlo bien!,
¡Somos de la Lenin, óiganlo bien!,
¡que venimos apoyando las leyes de Fidel!,
que venimos apoyando las leyes de Fidel.

¿Quién tiene la llave? ¡La tiene Fidel!
¿Quién tiene la llave? ¡La tiene Fidel!
¡Y solo se la da a los países socialistas!,
y solo se la da a los países socialistas.


[Antiguos camaradas del Este: ¡devuélvanla!]

Ahora soy el rey
(si te gusta, bien…)

Entrante

“Soy del año de la Graduación 6to. Aniversario, pero no terminé con ustedes. Era de los grupos de ruso; en el mío estaba Eduardo González… Habían dos Eduardo: uno rubio y uno trigueño. Me acuerdo de El Toto, y de Del Llano, con quien he coincidido mucho: conozco a gente ligada a las cosas que hace Nicanor, como Frank Delgado y otros… Todo el mundo me conocía por Ferrer; cada quince días hacíamos fiestas aquí en mi casa.
“Terminé 10mo. y me fui para los Camilitos tras la novia que tenía por entonces. Al terminar el pre, preparatoria por medio, partí a Kiev, en la Unión Soviética, a estudiar Relaciones Internacionales. Allí coincidí con Héctor Martínez, también de la Lenin, que ahora anda por Telesur o en el NTV, no estoy claro. También Yamila Cohen… Se lo digo siempre: no me llevaba bien con ella porque era tremenda ‘concientica’, yo no quería ni verla: que si el uniforme mal puesto, que si esto, que si lo otro… Y para que tú veas: hicimos tremenda amistad, y me demostró ser súper buena gente.
“Maricusa vino aquí un día —yo estaba esperando a Yamila, pero ese día se enredó y no pudo llegar—, y lo hizo acompañada de Edelmira, que también era de ruso, aunque le ronca el mango que no me acuerde de ninguna de las dos, tan agradables que son. Están mejor que nunca, son dos mujeronas… Cuando vinieron, esto estaba a la mitad, todavía se construía, y conversamos mucho, y cocinamos ideas, y les dije: ‘No pretendo especular con ustedes: nos ponemos de acuerdo y buscamos la variante más económica. Aquí caben todos los que vengan: si son doscientos, doscientos; si son cincuenta, cincuenta; si son veinte, veinte…’. A lo mejor se lo decimos a Frank o a algún otro trovador, y ponemos esto muy bueno, vinculando a mucha gente que son o no son de la Lenin, pero la sienten muy de cerca.
“Buscaré un huequito para ir al Taburete. Allá podemos ponernos de acuerdo, fijar una fecha, y regarlo por ahí, es un buen momento para hacerlo. Estamos por lo mismo, lo sentimos todos: la cosa está en coordinar. Pretendemos darle una atención de lujo a todos los clientes, pero vamos a priorizar a los egresados de la Lenin, y qué decir de la gente de mi año”.


















Frente a mí tengo a Reinaldo Ferrer, quien cumple 50 años el 1ro. de diciembre. Por Maricusa me enteré de la existencia de CG km 3½, una paladar surgida con el influjo de los nuevos olores destapados a la cazuela de un proceso de actualización de la economía cubana que, amén del secreto que sobre muchos ingredientes se guardan los chef que lo ejecutan, ha conllevado, al menos, un relanzamiento de negocios y oficios en manos de emprendedores ciudadanos o gente que sin más —y con menos— ha sido lanzada al ruedo de la suerte después de muchos años de atadura estatal.
Iba dispuesto a encontrarme un cucurucho modesto y de superficie limitada. Pero Carretera El Globo km 3½ (Rey me puso una demanda por plagiar su nombre), situado en Alcalde O’Farril no. 158 e/ Estrada Palma y Libertad, Santos Suárez, es un restaurante con capacidad para cincuenta comensales (¡cincuenta!), con bar adjunto y servicios de comida criolla e internacional, parrillada al carbón, espectáculos musicales y humorísticos, bodas, quince y cumpleaños, organización de eventos (ya lo propuse para realizar el coloquio), guardería y parqueo. Sin el Bola, pero con más ofertas que el Monseñor.
La “gerencia” de CG km 3½ corre a cargo de Rey y de Eduardo González (El Criollito), otro graduado de la Lenin, pero del año 1988, quien me sorprendió con la buena de que, a pesar del poco tiempo libre con que cuenta, ha perdido ídem leyendo nuestras páginas.
Esta interviú de El Globo la guardé en el nailon que lleva consigo el cubano cuando de asistir a espacio gastronómico se trata. Ni Edelmira la sospechaba. Pero al igual que ustedes nuestra presidenta, allá en su Puesto de Mando, habrá de afilar el cuchillo para entrarle a un menú que oferto para todos los gustos.













Plato fuerte

¿Cómo, cuándo y por qué surge la idea de crear un restaurante relacionado con la Lenin?
Este patio tiene historia y está vivo. Provengo de una familia de poetas y cantores. Uno de mis tíos, Rodolfo Ferrer, fue un excelente decimista, y otro, Raúl Ferrer —muy bohemio, además de gran poeta y pedagogo—, es el autor de los versos que musicalizó Pedro Luis y que premian el cariño y lo rebelde del alma. Aquí han descargado desde Carlos Puebla, las Hermanas Martí, el Indio Naborí, Compay Segundo… hasta David Torrens, Frank Delgado, Eric Sánchez y Pedro Luis Ferrer… cuando no lo dejaban cantar en ninguna parte.
CG km 3½ fue inaugurado el 14 de febrero, hace solo dos meses. La idea surgió porque para Eduardo y para mí era(es) muy importante unir a todas las personas que de una u otra manera tuvieron que ver con la Lenin. Somos una gran familia, y antes que concebir un restaurante frío, insípido, surgió la expectativa de crear un sitio de encuentro. Fíjate que el nombre se nos ocurrió casi al unísono de cocinar la idea, con la misma naturalidad con que hubiéramos inventado encontrarnos con un socio de la beca.
Todo el que pasó por allá tiene los mejores recuerdos de esa inmensa construcción aledaña a la carretera del Globo, y mucha nostalgia por no poder ver más a menudo a tantos otros que le acompañaron en aquella hermosa aventura que fue estudiar en sus aulas. Todos la amamos, como todos tenemos mil anécdotas guardadas sobre ella. Nos dimos cuenta de que, seamos de un año o de otro, sentimos lo mismo por la Vocacional. Anhelamos que, siempre que se vayan a hacer reencuentros como los que han abundado en los últimos años, nos tengan en cuenta… y que sea algo reconfortante tanto para los que lo organicen como para nosotros, que somos parte de esta gran cofradía.
Cuando hablo con Eduardo, el socio pa mi negocio, quien no tuvo que ver nada con nosotros, y hablo con estudiantes más jóvenes que se han graduado recientemente —para los que la escuela no fue físicamente, por mucho tramo, la misma que para nosotros—, veo que de generación en generación se ha transmitido ese amor y sienten el orgullo de pertenecer a esta secta. Te encuentras a sus miembros en todas las ramas y sectores de la sociedad, en todas las latitudes del globo terráqueo. Somos una plaga de gente sana y bien educada. Muchos, por todas las volteretas que da la historia, nos hemos alejado de un perfil profesional que nos apasionaba y en el cual hubiéramos querido seguir enganchados. Al final de la jornada, la Revolución pudo habernos utilizado más en función de ella, pero no supo encaminar los intereses de una generación con todas las posibilidades del mundo, que se moría por esta historia.
Nuestra sociedad logró formar de forma excelente miles de ingenieros, licenciados, doctores y especialistas que luego dejó un tanto abandonados en el camino. La educación nuestra estuvo muy apegada a ideales y principios que para nosotros, los de entonces, estaban muy claros. Las de ahora poseen otros valores, no lo dudo, pero no tienen de dónde aferrarse… En las secundarias, en los preuniversitarios, se venden hoy las pruebas, todo es comprable… En la época nuestra eso no existía: podía haber un profesor corrupto, pero a ese lo señalabas con un dedo, porque era uno entre miles, no era cosa que pasaba todos los días.
Un montón de colegas se han ido. ¿Por qué?: ¿porque son peores que nosotros? Han partido, sencilla y desgraciadamente, porque se les ha tronchado la vida en su querida patria. Pedro Luis lo resume muy bien en una frase: “Se habla de la gente que se va del país, pero no se dice nada del país que se ha ido de la gente”.
La Lenin es como un templo, y lo que hay alrededor de su existencia es una gran magia que a veces uno no se la explica, pero está ahí, y se llama educación, pero se llama también siembra de valores, de convicciones, de cultura. Por eso aspiramos también a que CG km 3½ sea reflejo de esa cultura.
Ahora mismo tengo a Bacallao, un leninista-humorista muy bueno que tú debes conocer —el del monólogo sobre La Habana—, quien viene aquí los sábados a leer y actuar esos textos tan inteligentes que escribe. A él se pueden sumar Eduardo, tú mismo, y otros que hacen humor que invita a pensar. No solo queremos hacer un negocio de “jama”, porque eso es muy burdo, sino que pretendemos vincularlo a lo mejor que se forja desde nuestro país, desde nuestro presente.

¿Contabilizan la cantidad de leninistas que pasan?
Aquí han venido la gente de la quinta graduación: es el año de Luis Alberto García, Taladrid, Fernando Rojas y demás, y tremendo fiestón hicieron. Fue el 10 de febrero, no habíamos siquiera inaugurado esto, y se gozó cantidad entre puntillas y sacos de cemento, todo estaba súper “crudo”. El cerebro de aquello fue Jorge Herrera, que es el tipo que prepara las actividades de la quinta graduación, el que los llevó otra vez al Turquino. Jorge me trajo casi cien colegas. Domina una base de datos impresionante. Incluso, cuando gente de su graduación que está afuera va a venir, se ponen en contacto con él para que les organice encuentros.
No los contabilizo, pero ya han pasado unos cuantos. Hace un rato te presenté a uno que no es siquiera de las graduaciones más afines a nosotros, sino de las más nuevas.

Hablemos de ti. A tu regreso de la URSS, ¿ejerciste la profesión que por cinco años estudiaste en las aulas soviéticas?
Estudié entre los años 81 y 86. Al regreso, vinculado con mi profesión, trabajé en Tractoimport, una empresa que se dedicaba, como dice su nombre, a la importación de tractores, maquinarias agrícolas y equipos de riego. Yo atendía toda la parte relacionada con el CAME, hasta que se fue a bolina este y todo lo demás.
Me desvinculé de la actividad y primero trabajé en una TRD como subgerente. Luego me fui para Cubalse con la misma función, hasta que decidí colgar los guantes y me sumé al proyecto de mi primo-hermano Pedro Luis Ferrer. Empecé ayudándolo en la parte empresarial, pero ahora también atiendo lo relativo al sonido. Su grupo es muy familiar, pues entre sus músicos, además de Pedro Luis, están su hija y su hermano, y ahora también estoy yo en el aseguramiento de conciertos y grabaciones.

De vuelta a la carretera El Globo… El restaurante, como quien dice, acaba de inaugurarse, y se echa de menos —a excepción del logo, la carta y los soportes publicitarios— un ambiente que traslade sicológicamente a los comensales hacia el que disfrutábamos en pasillos y espacios cerrados de la beca.
Ya está pensado. Queremos hacer macrofotos para ambientar el pasillo, con detalles muy distintivos de nuestra escuela, que retrotraigan a todo el que allí estudió a los años lindos que nos tuvieron como alumnos.
Estamos buscando un escultor —y ojalá apareciera uno que haya estudiado en la Lenin— para que nos haga una réplica de la escultura de madera que había y hay todavía a la entrada de la escuela, que nosotros conocíamos por El Vega, un negro alto que llama la atención por la escultura misma y por la posición que ocupa cuando el visitante la advierte a su arribo a la Vocacional.
Voy a meterle coco a la idea que me diste de utilizar las paredes del fondo para que los de la Lenin firmen a la manera de una Bodeguita del Medio, porque siempre es emocionante saber que tu huella está ahí, y reconocer en otras al amigo de siempre. Igual la que agregaste de que en los postres estén presentes el masarreal, las torticas y otros dulces que nos mataron el hambre.
Algunos quedaron en traernos fotos, e irán apareciendo muchas más a medida que vayan pasando gente por aquí y se vean retratados o reflejados en las que estén ya colocadas. Deseamos que el resultado sea que todos hallen un pedacito de escuela.

No habrá que portar el Carnet de Conducta…
Para nada. Pero si alguien quiere traer consigo un distintivo o cualquier otro objeto o documento que quiera aportar al proyecto, será bienvenido, pues queremos hacer un Sitio de Honor con detalles que nos remonten a aquellos años.

Rey: ¿de cuántos obstáculos está empedrado el camino del cuentapropista?
Sin decir que todo está resuelto, hay cierta suavidad en el tratamiento hacia nosotros. El Estado, como se ha quedado tanta gente sin trabajo, presenta esta variante de empleo como una solución, y en verdad la salida a esa situación es bien difícil: se hicieron las leyes, pero no están creados los mecanismos para implementarlas. Es una actividad problemática, con impuestos muchas veces por las nubes, que no tienen en cuenta si entró o no entró dinero. Resulta enrevesado abrir un restaurante y tener que comprar en la tienda minorista.
Podría afirmarse que hay un interés estatal en que la actividad fluya, pero, como muchas veces pasa, todavía no se ve un camino más expedito que nos haga la vida menos complicada de lo que es. El país vive una época de cambios, pero los salarios no se corresponden ni con la actividad que realizan las personas, ni con los altos precios que tienen que pagar por los productos que consumen.
No me siento presionado, pero es una realidad que las propias autoridades que estimulan la apertura al trabajo por cuenta propia, son las que ven en quienes lo ejercen a personas que en un determinado momento pueden enriquecerse, y está muy lejos de ser así. Los cuentapropistas son, o personas emprendedoras que corren muchos riesgos y no pocas veces son mal vistas por la sociedad, o individuos que no tienen otro camino. Nos acostumbraron a un sistema muy paternalista, y de buenas a primera el Estado no es capaz de asumir a esa gran fuerza de trabajo y presenta esta opción como una panacea, cuando en realidad no hay una infraestructura capaz de asumirla, a pesar de que, hablando en términos económicos, sí somos una solución si pensamos en las plantillas infladas y en los rezagos de una economía improductiva que hace imposible el desarrollo del país.

A la hora de enfrentarte a este reto: ¿te sirvió para algo la Economía Política que nos impartieron?
Aunque en la escuela casi todos nos quedábamos dormidos en ese tipo de asignaturas, Marx, Engels y Lenin están siempre presentes en la dialéctica de cómo se mueve el mundo. Cuando uno es estudiante no valora esas cosas y lo ve como una cuestión abstracta. Estoy convencido de que todos esos conocimientos que en un momento determinado no utilizamos, nos hicieron más humanos. En mi caso particular, hoy veo la vida con una óptica quizás más “socialdemócrata”.

Regresemos de tu caso particular a tu negocio particular… ¿Tienen previsto en el menú exquisiteces de la beca como el seso de cerdo, el picadillo de calamar o la tan vilipendiada patipanza?
Por supuesto. Todo eso está presente, de alguna u otra forma, en nuestro imaginario colectivo: es el “menú” que degustamos en aquellos felices años de nuestras vidas. Vincularemos la carta con esas y otras —como tú bien defines— exquisiteces de la escuela.
Para empezar, contamos con un plato que piden muchas personas que nos visitan. Tiene por nombre “Completa Yiya”. Con él recordamos a aquella señora que trabajaba en el comedor, y es un homenaje a su presencia entre nosotros. La Completa Yiya es una opción muy sabrosa: arroz, chícharo y pescado.

¿Te interesaría publicitar el restaurante en nuestro boletín?… (no cobramos caro).
Por supuesto. Sobre todo en estos inicios es muy importante para nosotros. No nos interesa si es caro o barato, sino el alcance que ya posee.

¿Habrá depreciación de la cuenta para tus compañeros de graduación en este año en que cumplimos 50?
Todos los graduados de la Lenin que aquí vengan y nos demuestren con un detalle mínimo que forman parte de esta legión de soñadores que somos, tendrán en su cuenta —y no es muela— un 10% de rebaja.

Postre

Deja un amargo sabor conocer que alguien malgastó cinco años de su vida en una carrera que no ejerce; que la Revolución invirtió recursos en la formación de un profesional que hoy enrumba proa hacia las aguas turbulentas del mercado… Pero lo que emberrincha y coloca a este redactor por cuenta propia al borde del exabrupto es pensar: ¡¡¿Por qué no hice lo mismo?!!

¡Importante!

Respecto a la actividad curturar
-Se efectuará en la Base de Campismo después de concluir la ceremonia más importante que nos llevará a la Sierra del Rosario, la que nos ha hecho (re)unirnos después de casi treinta y dos años: el almuerzo.
-Se aceptará la actuación de solistas, grupistas y coristas. Solo tendrá carácter obligatorio la presentación de la danza Avanzada, en versión para la televisión del camarada Mijail Chernenko Andropov y música de Kiki Corona.
-No habrá orden prefijado, pero se le debe exigir a Edelmira se fije en lo que va a hacer cada cual y escriba el guión del espectáculo.
-Todos los colegas que posean voz digna de ser escuchada en una Casa de Cultura, que hagan gárgaras el viernes y afinen sus cuerdas vocales.
-Todos lo leninistas que tengan guitarra, la toquen o no, pásenle un trapo, afinen sus cuerdas guitarrales y sumérjanla en la mochila.
-Y todos aquellos que guarden en su closet otro instrumento musical que coadyuve a imprimirle sabor a la campiña pinareña (léase fagot, clavicordio, mandolina, fliscordio…), que lo incluya también.

Respecto a los medios de difusión masiva
Se abrirá un archivo gigante para la recepción de TODAS las fotos y TODOS los videos con vistas a futuros documental y multimedia sobre Operación Taburete 2. Tiren con lo que tengan y filmen hasta con bolígrafo a falta de cámara de video.

Respecto a complementos, adornos y bisuterías
Los dignos muchachos de la Graduación II Congreso del Partido (así rezan las pañoletas rojas que recibimos en el Taburete), sin complejo de que los vean, deben llevar consigo cuanto atributo haga rememorar la hermosa estampida del pre y aquellos seis bellos años de nuestra juventud que hoy evocamos.
Desde ya está planteada la emulación (socialista) entre las guaguas. Los choferes están impuestos de que no llevarán a Pinar del Río a una pandilla de viejos aburridos, sino… a una pandilla de viejos aburridos que, cuando se les estimula, pueden ser más aburridos todavía.

Respecto al plan de transportación
Se ruega, solicita, demanda, reclama y ordena a todos los expedicionarios que pongan su despertadores para las tres de la madrugada en aras de que tengan tiempo de botar la basura, regar las matas, regar las gavetas, echarle comida al perro, echarle desayuno a la perra hambre que arrastran desde el día anterior, cambiarle el agua a los pececitos y coger turno en el estanquillo de periódicos.
La recogida es a las 6:00 horario de verano, no de Grenwich. ¡No se puede perder un minuto en subida, ni la subida en un minuto!
Y ya que hablamos de perder: tengan presente además que los ómnibus, para no perder la costumbre, se detendrán sesenta metros antes o después de los puntos de recogida. Designen un vigía para proceder a dar aviso y efectuar disparo de arrancada hacia cualquiera de las dos metas.
No vamos a tener caridad: ¡la caridad es el respeto al pueblo!




¡Sufran!

“Ya se va aquella edad,
qué lindo fue, qué despertar…”
Pablito Milanés

Es Silvio Rodríguez. Y ya con eso no hay que agregar más. Si acaso decir que le debemos más de un beso en los aéreos de la beca, muchísima rabia cuando no teníamos paciencia, y que sea en parte el responsable de nuestra capacidad de soñar.
Muchas veces le tuvimos que pasar la mano por actuar cual tipo imperfecto que cada uno de nosotros es, como cuando le dio a nuestra compañera Edelmira el raspe que recoge para la posteridad el documental Que levante la mano la guitarra, de Víctor Casáus.
Si hay algo que no le perdonaremos jamás es ignorar en discos temas como el que traemos a colación, escrito al parecer para nosotros, los que a los 65 años del joven trovador y con quince menos en las costillas, nos proponemos reunirnos de nuevo para —entre otras cosas— volver a interpretar sus canciones.


El día en que empezó la madurez

Yo no puedo olvidar aquellos días,
el día en que empezó la madurez.
El corazón del tiempo que se abría
enseñando a ser hombre, ave y pez.

Yo no puedo olvidar que la gran madre
prendió en mis ojos una decisión
cuando partí a vivir inaplazable,
cuando empezó a crecer mi corazón.

Yo no puedo olvidar tantos momentos,
tanta alegría y llanto que me sé,
y aquella voz del tiempo
que cantaba mi fe.
Yo no puedo olvidar, ni ya podré.

Vuela, corazón, vuela,
y vuela para que te vean volar.
Alguien puede creer que no te queda,
cuando te queda tanto por andar.

Vuela, corazón, vuela,
que lo que cansa es la tranquilidad,
que el sueño es sol cuando de nuevo quema,
que tras la vieja gloria hay otra más.


Por eso vuela y vuela ahora,
y suelta tu razón pura otra vez.
No en balde se sembró en tu sed la aurora
el día en que empezó la madurez.


Un lugar con magia
Por Edelmira Pedris Yumar

Volví a la Lenin, bajo un torrencial aguacero, cuando la escuela cumplió 30 años, con Dinorah, Iliana, Sarah y Maritza. Ese sábado, 31 de enero de 2004, después de más de veinte años subí al K-8, mi albergue durante onceno y doce grados. Me espanté. Fue duro chocar con el deterioro, pero aun así, encontré el pedacito de ventana que me tocó por dos años. De golpe, muchas imágenes pasaron y algunas lágrimas salieron, para vergüenza de mis 41 años. Sin embargo, mi reacción nada tenía que ver con los alumnos que vi, porque no parecían tan afectados. Quizás fue porque por ahí andaba todavía la magia de ese lugar que marca a todos los que viven en él, y, porque al final, somos parte de una historia que ya pasa de treinta y cinco años y que para algunos como yo, no me apena decirlo, es como una enfermedad incurable.
De no ser así, cómo se explica que Maritza haya empleado todo un día, con madrugada incluida, para desplegar su imaginación y pintar un cuadro que nos acompañó como leninero más durante el viaje, donde reprodujo el rojo monograma que nos distinguió del resto de los becados y que con total desinterés donó a la que fue nuestra casa por seis años, los mejores de nuestra vida juvenil.
En septiembre de 1974, cuando la Lenin solo contaba con ocho meses de inauguración oficial, me hallé ante la consumación de una idea fija en la mente de una niña que, sin haber cumplido doce años, quería INDEPENDIZARSE. Al llegar, el lugar me pareció hermoso y enorme. Mucho después descubrí que podía atravesarlo sola, de punta a punta, en línea recta y sin perderme. El arquitecto Garrudo no sabe que la genial idea de comunicar pasillos, aéreos y escaleras nos permitió salir ilesos de más de una “travesura”.
Fui a parar al B-4, desde séptimo hasta noveno grado, y a partir de ahí mis recuerdos llegan hasta el último día, aunque algunas memorias son inconfesables. Recuerdo el cubículo de ese y de cada albergue por donde anduve, la ubicación de mi litera, el ¡De pie! con “Amanecer cubano” o música de Joan Manuel Serrat (“Para la libertad sangro, lucho, pervivo/ para la libertad…”); el tema que identificaba la señal del audio, los ensayos de la “danza rusa” en la que nunca pude bailar, la primera vez dentro de la piscina y cualquiera de las otras tantas; ir al campo a recoger café, pepino, lechuga, siempre con las manos pegajosas y llenas de tierra; Longina y las demás tías; la industria deportiva, cosiendo pelotas de béisbol con hilo de cera; las fábricas de radios y pilas; ver actuar a Los Latinos, a Silvio, a Virulo…; aprenderme “El guararey de Pastora” en ruso; bailar con Barrabás, Bonney M, Bee Gees, Santa Esmeralda, Hotel California… y ni hablar de bailar casino, porque era cosa de “cheos”. Es imposible olvidar el frío —¡qué frío!—, que nos ponía las piernas cenizas y nos obligaba a llevar el abrigo, que ya no se usa; la aparición de las unidades en el curso 78-79; y por supuesto: buscar el amor, una y otra vez.
En la Lenin comenzó mi amistad con Iliana Lazo, quizás porque discutíamos por cualquier bobería. Desde ese tiempo conservo a Marla Oiz, cerca de mí desde primaria; Flora Pérez, Dinorah González, las dos con tan “buena memoria”; Sarah Urra, con los cachetes siempre colorados; Alicia Pérez, nuestra “estrella del carnaval”; mi amiguita Bertha Lourdes, compañera de trapeología… Es imposible olvidar a Muiños, Bello, Adán Poll, Alemán, el Bosco, Juan Carlos, Payasá, Eddy, Guillermo Ramos, Sergio, Jorgito, Mirabal, Bico, Hache, el Fríjoli, Valdivia, Michel, Lázaro Reigosa y otros que voy redescubriendo a cada rato. Siempre recordaré a Corea Vigoa, con quien subí la Escalinata de la Universidad para ir a matricular nuestras carreras. No tuvimos tiempo de decirle adiós, pero bastó con verla recibirse como Doctora en Filosofía y con que nos dedicara una parte de ese momento, al que llegó para demostrar que el empeño todo lo puede.
La Lenin también tiene sus mitos y personajes distintivos, que van desde “El Sombra”, el legendario piscinero Olivito, directores famosos como Chávez, Reina Mestre, Elsa Gómez , la “teacher“, hasta los todavía presentes Picolino y Aracelys. Por si no lo saben, la rivalidad interminable entre las unidades 5 y 6 llega a nuestros días.
¿Qué puedo decir de mis maestros? Pienso en Martha Veitía y Teresa Febles, excelentes profesoras de Matemática, a quienes estaré eternamente agradecida por haberme enseñado a lidiar con una asignatura que no me gusta; Pérez Cuesta, de Geografía; la pequeña Mayrita y el profe Sautié, ambos de Química; Isis, de Física, mi profesora guía en onceno y doce grados; Ramona Saura, de Historia; Fresneda, de BPC; el profe Tony, de Matemática, que siempre encuentra un momento para volver a ver a sus alumnos.
Gracias especiales a todas las profesoras de Español y Literatura que tuve. Si estas palabras pueden entenderse en su justa medida es porque, entre otras cosas, se empeñaron en enseñarme a escribir.
Voy a estar siempre unida a la Lenin y me siento dichosa por todo lo que viví y aprendí en ese lugar y por toda la gente que conocí. Muchos ocupan un lugar importante entre mis amigos, y hemos visto nacer y crecer a nuestros hijos. Juntos nos alegramos de verlos entrar también a “la escuela” y compartir la misma aula o el mismo albergue de sus padres. Si de sueños realizados se trata, el mío se cumplió, porque todavía formo parte de esa historia y la vi repetirse en mi hijo, menos leninero que yo, pero solo hasta que los años empiecen a caer.
Conocí la escuela nueva, la reencontré en muy mal estado, pero la vi renacer en el verano de 2005. No tengo remedio, SOY LENINERA, y lo digo con mucho orgullo, pero del bueno, del sano. Ese lugar recogió lo mejor de muchas generaciones, con Período Especial o sin él.
Eso es lo que vale para que cada año tantas generaciones se reúnan donde sea posible. Si no lo entienden, pregúntenle a los egresados del año 1980: ¿por qué decidieron celebrar su aniversario 25 bajo un apagón interminable y a la luz de la luna?
Algunos dirán que estamos marcados por una enfermedad incurable, otros señalarán que somos unos tembas nostálgicos. Yo diré que todos tienen razón y volveré a organizar uno y otro encuentro para celebrar el XXXII Aniversario.





El baúl de los recuerdos






















Este es el carnet de Madre Combatiente. El que les presento pertenece a Alicia León, la mamá de Luis
El nombrecito de “Madre Combatiente” se las trae: parece aludir al de un batallón de mujeres en el cerco a Stalingrado… Mirándolo bien, el símil no está mal, pues aquellas madres nuestras lo mismo limpiaban las inmundicias que dejábamos a nuestro paso, que cambiaban la zapatilla a una pila (o una zapatilla en nuestra zapatera).
Dije “nuestras” no para incluir a mi mamá —no disparó un chícharo en las tareas mencionadas, sí en muchas otras—, sino (y sobre todo) para referirme a Alicia, madre eterna y cariñosa de sus “cuatro mosqueteros”, a la que nunca tendremos cómo agradecerle habernos salvado del hambre voraz que nos acechaba al doblar de cada pasillo de la beca.
No critico el menú de la Lenin, que ya quisiéramos tener a diario en el plato: con aquella edad, entre estudio, trabajo, actividades políticas, deporte, recreación, muchachas y… muchachas, no había aparato digestivo capaz de procesar todo el alimento que implorábamos.
Las Madres Combatientes hacían lo suyo de forma voluntaria, lo testimonia el carné mostrado. Revienta comprobar que a pesar de ello… ¡también se les controlaba!, como si esas horas fueran las únicas que dedicaban a la educación de sus hijos.
Un besote a ti, mamá Alicia, y a las demás Madres Combatientes dondequiera que se hallen físicamente. Su lugar en nuestra espiritualidad hace mucho está ocupado. 





Años que son bobería

Por Isys Pelier Álvarez

“La juventud no es una etapa en la vida,
es un estado mental”
Rudyard Kipling

Es increíble cómo, a pesar de los años, las personas se acuerdan de cosas y se emocionan con frases, palabras, rostros y olores pasados. “Recordar es volver a vivir”, dice un viejo aforismo, pero hay quienes prueban que volver a vivir implica incluso agregar memorias al baúl de tantos años ya sellado.
En ocasiones, nos reencontramos con un amigo de la infancia y puede que lo recordemos; pero si conocemos a alguien especial, sin duda lo recordaremos por el resto de nuestros días, sin importar la etapa de la vida. Esto se evidencia con ustedes, los compañeros de la Lenin, que aún después de tanto tiempo tienen el entusiasmo de reunirse y revivir las inolvidables experiencias de escalar la loma del Taburete.
Ya no son los mismos jóvenes fuertes de hace treinta y dos años, ni las jovencitas inmaduras y enamoradizas de antes. Viven en mundos diferentes, con personas nuevas, y la mayoría tienen hijos y hasta nietos. Lo importante no se ha perdido, y es el espíritu aventurero de esos jóvenes y la emoción de volverse a ver. A algunos les costará trabajo, pero muchos otros recordarán cada nombre, apellidos y momentos que pasaron juntos.
A pesar de la separación de los grupos, de las diferencias de carreras y de pensamientos, todos tienen la misma virtud: buscan la unidad, el amor y el fortalecimiento de la amistad, tan golpeada por los años.
Llevarán culeros, pastillas, fajas, bastones, espejuelos, y podrían, incluso, contar con acompañantes para poder dar un paso, pero en el fondo siguen siendo esos adolescentes caprichosos, emocionados y vivaces que siempre fueron. Pueden haber cambiado el físico y la forma de hablar, pero nunca, aunque quisieran, podrán cambiar su corazón, su alma, su juventud interna y el amor hacia sus seres queridos.
A estos profesionales van dedicadas mis palabras, con el sencillo y único objetivo de que sigan pensando así, haciendo lo que les gusta, actuando como prefieran y amando a quien lo requiera. Los jóvenes de hoy los admiran, respetan y aman. Lucharemos por mantenernos así, incluso después de los cincuenta años… que son bobería.


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Que nos bombardeemos a mentiras para engañar viejas canas, no tiene nada de particular, como esconderlas para ahorrarnos aceptar lo incuestionable. Que nos avergüence observar que los botones no resisten el hilo del tiempo, es casi normal, como lo es que los años desechen camisas que un día reflejaron estrecheces.
Pero que una joven repare en nosotros no para marchar —como dijo Tagore— delante o detrás, sino para caminar a nuestro lado, entra en el campo de lo impredecible, escapa a todo raciocinio crédulo.
Ojalá hayan recibido, con la misma conmoción con que las leí yo, las palabras de Isys Pelier Álvarez, una muchacha de 17 años que viajará junto a nosotros a Pinar del Río. Es hija de nuestra compañera Ileana Álvarez Aportela, y culmina en el presente curso el grado 12.
Su graduación quizás no tenga la misma altura, pero el sábado 21 le haremos sentir que de muchas cosas se gradúa uno en la vida, y que para un joven es buen camino sentarse en un viejo taburete, ignorando sillas peligrosas que lo inviten a parar.




Apuntes de la graduación en la loma del Taburete
…o todo lo que olvidamos y vale la pena recordar

(Martes 8 de julio de 1980-Sábado 12 de julio de 1980)



Por Anicia Fuentes


Martes 8-7-80
Nos recogieron en los puntos y cuando llegamos a la escuela nos dieron una merienda de pan con queso y jamón. Antes de partir nos concentramos en el Anfiteatro y la directora general, Sonia Romero, nos dirigió unas palabras. Además recogieron las libretas y los lápices para la valija de la escuela que íbamos a visitar.
Salimos en las guaguas de la escuela a las 11 y 30 am. Íbamos en caravana y escoltados por caballitos. En mi guagua estaba todo mi grupo (el 18) y el profesor de matemáticas Tamarit. Durante el viaje íbamos cantando. Orly no me dejaba tranquila, su peste a chicote ya me tenía mareada; de gracioso él encaramó sus pies descalzos en mi asiento y lo colocaba delante de mis fosas nasales.
El trayecto duró alrededor de dos horas. Las carpas estaban numeradas y agrupadas por brigadas. Había enfermería y tres ambulancias. El comedor era al aire libre y había una cocina. Los baños estaban al lado del río; unos eran letrinas y otros estaban preparados para bañarnos.
Cuando llegamos al campamento nos reunieron en la plaza, la cual tenía una tarima. Los de la zona nos recibieron cordialmente y nos contaron historias relativas a la Loma del Taburete.
Las unidades docentes en la escuela (4, 5 y 6) se nombraron brigadas 1, 2 y 3: la mía era la 1.
El profesor Waldo nos llevó a las tiendas de campaña. Las hamacas estaban situadas en dos hileras. Fuimos luego a almorzar. Después de una larga espera bajo el sol pudimos deleitarnos con el apetitoso almuerzo consistente en congrí, pollo frito (casi entero), boniato, dulce de coco y pan. Había un tanque con agua fría. Las bandejas las lavábamos nosotros mismos: le quitábamos los restos de comida, la pasábamos por agua caliente con detergente y luego por agua fría, y los profesores retocaban la limpieza. Luego muchos se metieron en el río, que estaba en la base de la Loma del Taburete. El río daba por la rodilla y estaba sucio, pero el lugar era muy acogedor, rodeado por la espesa vegetación.
Empezó a llover. El profesor Tamarit me arregló la hamaca, y cuando fui a probarla me senté por un lado y caí en el piso por el otro, provocando la risa de todos los presentes.
Pusieron música.
Tamarit y Cutiño (mi profesor de Física) se pasaron todo el día arreglando hamacas.
No me imagino cómo escalaremos esa “Loma del templete”; está muy alta y las palmas casi no se ven.
Comimos a las 8 y 30. Había congrí, jamón en salsa de tomate, papa, dulce de coco, pan, y repartieron un litro de leche por cada dos alumnos. Cuando estábamos en las tiendas de campaña vino Raúl (subdirector de Vida Interna) y nos mandó a reunir en la plaza donde nos habían dado el recibimiento. Nos pusimos a bailar.
Al poco rato de estar allí, paró la música y vimos fuegos artificiales, muy linda que estaba la noche. De pronto oímos el traqueteo de las ametralladoras; una vaca, asustada, salió corriendo. Todos nos quedamos sorprendidos. Los compañeros del MININT hacían su saludo sorpresivo, parecía que estábamos de pronto en una guerra.
Luego seguimos bailando.
Por la madrugada había algo de frío.

Miércoles 9-7-1980
Nos despertaron a las 5 a.m. Yo no quería levantarme porque sentía mucho frío. La hilera de hamacas de la otra banda se cayó, dicen que por culpa de alguien que se sentó bruscamente. El caso es que durmieron en el piso esa noche.
Nos dieron café. Estaba sabroso. Salimos a las 7 y 15 a.m. rumbo a la loma del Taburete.
Cruzamos el río ayudadas por Tamarit, Ramón Brañas y Orly, y ahí todos nos mojamos las botas. Comenzamos la ascensión por un abrupto camino. Estaba fangoso porque el día anterior había llovido y por eso se nos hizo algo difícil subir. En ocasiones había que ir agarrándose de árbol en árbol. Por suerte no resbalé en el trayecto. Existía el peligro de caer rodando.
La loma se llama del Taburete por su forma peculiar, lo cual se notó a medida que íbamos subiendo. Llegó un momento en que pensábamos que estábamos en la cima, pero todavía quedaba un buen tramo por recorrer. Aquí se demostró el espíritu de colectivismo y compañerismo de nuestra juventud: los varones nos ayudaron mucho. A más de la mitad del camino me encontré con José Raúl, que estaba con Libia, la cual estaba siendo atendida por un sanitario porque tenía fatiga. Yo pensé que no iba a llegar al final, pero había una fuerza interior que me impulsaba a seguir adelante.
Por fin llegamos a la cima. Desde allá arriba se podía observar el paisaje lleno de palmas y elevaciones. Encima de la tarja donde estaban inscritas las palabras de Fidel sobre el Che, firmamos el libro.
 Merendamos pan con jamón, un mango grandísimo y un litro de leche entre 3. Un compañero del MININT nos contó que el lugar fue escenario del entrenamiento del Che antes de partir a Bolivia.
 Bajamos por otro camino. La bajada fue más fácil .El camino estaba hecho, pero era muy largo y en forma de espiral. Recibí unos cuantos arañazos. Un pequeño grupo, en el cual estaba yo, se perdió. Cruzamos el río tres veces; después de dar unas cuantas vueltas en el mismo lugar, nos encontramos con los que iban por el camino correcto. Al fin llegamos al campamento. Enseguida me fui a bañar al río.
Almorzamos arroz, spam, plátano, frijoles colorados y mango. Nos acostamos en las ansiadas hamacas y dormimos hasta las 4 de la tarde. La actividad que tenía mi brigada hoy se suspendió. Era una visita al museo Mártires de Artemisa. Comimos arroz, carne de puerco, gaceñiga, pan y un litro de leche entre dos.
Por la noche, alrededor de las 8 y media, nos pusieron la película “La cólera del viento” por Terence Hill (el actor de “Me llaman Trinity”). Luego fui a la plaza, donde estaba tocando un combo de Pinar del Río. Los cantantes estaban JICOS (feos, esperpentos). Luego pusieron una ensalada musical como la de “Para bailar”.
Me fui para la casa de campaña. Pedro y Orly vinieron a joder. Yo ya estaba acostada cuando a Pedro se le ocurrió mecerme, hasta que me tumbó en el suelo. Él es muy jocoso.
Esa noche no sentí tanto frío. Alrededor de las 4 de la mañana se partió uno de los palos de la banda mía y, por consiguiente, a todas las de esa banda nos tocó dormir en el piso.

Jueves 10-7-1980
La teacher Leonor Miranda, nuestra directora, nos dio el de pie a las 6 am. Nos dieron de desayuno pan con jamón y leche.
Fuimos al pueblo Las Terrazas a hacer trabajo voluntario. El camino era muy largo. El pueblo me encantó. Tiene una cafetería rodeada por una laguna. Estuvimos largo rato arreglando los machetes y guatacas. Cuando nos adentramos en el surco de limones, las malas yerbas casi nos tapaban. “Pescao” (Francisco) cortó una mata de aguacate que estaba en el surco y el guajiro que nos dirigía se puso bravo. Majaseamos bastante, yo por lo menos no hice nada, estaba cansada.
Trajeron la merienda: pan con jamón (que ya me tenia asqueada). Fuimos a la cafetería a tomar frozen. Cuando nos cansamos de holgazanear, nos fuimos. Por el camino empecé a tirarle piedras a Pedro y este me cogió en la gracia y me cargó para tirarme en el rodeo. Por suerte estaba vacío y muy alto, porque no me extrañaría verme ahí dentro.
Llegamos al campamento y a bañarnos en el río. Almorzamos arroz, carne de puerco, plátano, mango, y pan. Esta vez almorcé debajo de un árbol, porque el calor era irresistible. Luego fuimos en guagua a Soroa. La de mi grupo era la primera. Íbamos cómodos. Cada vez que salíamos en guagua íbamos en caravana, escoltados, y no podía faltar la ambulancia con sus sanitarios.
Enseguida llegamos a Soroa. Empezó a llover.
La piscina “Luna de Miel” estaba vacía. Algunos fuimos al bar; pudimos “pescar” las cervezas después de haberle rogado un año al dependiente. Nos sentamos debajo de las sombrillas a tomar. Escampó. El día estaba nublado. Nos fuimos a la cascada “El Arcoiris”, pasamos primero por el orquideario. Boffill era nuestro guía. Cruzamos un puentecito y todo el camino eran escaleras resbalosas que tan pronto subían como bajaban.
Jose y Boffill se bañaron debajo del chorro que caía desde lo alto. Bárbara y yo nos quedamos en la orilla. Las piedras eran muy resbaladizas. Empezó a tronar y a llover fuerte. Nos fuimos de allí.
Volvimos a la piscina. Al poco rato regresamos a las guaguas. Algunos regresaron borrachos. Comimos arroz, spam, gaceñiga y leche. En el campamento no llovió. Ese día vino Sara Lilian de La Habana.
 Por la noche nos concentramos en la plaza. Los compañeros de tropas especiales hicieron una actividad. Nos explicaron el funcionamiento de las armas como las AK, morteros avancarga y retrocarga, los paracaídas, las trampas de la guerra vietnamita, el camuflaje, etc. Por último hicieron una demostración de kárate. Estuvo interesante la exposición. Después hubo baile.
Las hamacas ya estaban arregladas (el profesor de geografía, Morejón, se hizo ampollas arreglándolas). Dormí bien, aunque por la madrugada hubo frío. Aquí no hay mosquitos.

Viernes 11-7-1980
Nos levantamos a las 6 am. Desayunamos pan con jamón, gaceñigas y leche con chocolate.
Partimos a las 8 para la Cueva de Los Portales. Pasamos por San Cristóbal, Mango Jobo, Santa Cruz, Fierro, San Diego de los Baños, y por último La Güira. Entramos en la Hacienda Cortina. La entrada tiene forma de castillito. Cerca de aquí estaban las Cabaña Los Pinos, hechas encima de los árboles.
Nos recibió Joaquín Ros (70 años), quien fuera compañero del Che. Y hoy nuestro guía. La cueva estaba atravesada por un río. No nos dejaron entrar a la cueva, porque es un lugar estratégico. Aquí radicó la jefatura del ejército occidental al mando del Che cuando la Crisis de Octubre de 1962.
Visitamos el comedor de la Comandancia. Tenía una mesa con dos bancos, un tanque de agua y un fogón donde le hacían el café (amargo) al Che, a el le gustaba amargo. Luego pasamos a la oficina, donde había una mesa con un teléfono algo rústico. Pasamos al dormitorio. Aquí había goteras. Estaban la cama del Che y la de su asesor, Ortíz. El piso tenía tablas. Luego fuimos a un lugar donde se sentaba el Che a jugar ajedrez. Vimos dónde se acostaba en su hamaca y el lugar para practicar los tiros al blanco.
Partimos a las 12 m. En todos los pueblos se detenían los lugareños a mirar la caravana. Cuando llegamos almorzamos congrí, pollo frito, pan, mango y leche. Empezó a llover.
Los varones se pasan casi todo el día en nuestra casa de campaña y tenemos que hacer veinte mil embarajes para cambiarnos de ropa, aunque ellos no miran.
Silvia y Libia fueron al pueblo Las Terrazas a comprar una botella de ron. Bárbara y yo fuimos al río cuando escampó. Estaba limpio.
La gente de la compañía 2 vino borracha de Soroa. Niurka me contó algunos acontecimientos del grupo sobre acoples inesperados. Isabel también aportó informaciones.
Comimos arroz, frijoles negros, pan, gaceñiga y leche. Fuimos para el baile. Entre los de mi grupo nos tomamos dos botellas de ron.
Fui para la casa de campaña a arreglar el maletín a eso de la una y media. Cuando fui al baño tropecé con una de las estacas que sirven de base a la casa de campaña y me hice una herida profunda. Ricardo y Lucía me acompañaron a la enfermería. Me remitieron en ambulancia para Candelaria, donde me dieron 4 puntos debajo de la rodilla. Llegué a las 3 de la madrugada, pero no podía dormir por el dolor en la herida.

Día de la graduación. Sábado 12-7-1980
Nos despertaron como de costumbre a las 6 de la mañana, y a las 8 estábamos reunidos en la plaza vestidos por última vez con nuestro uniforme azul.
Formamos por grupos y por orden de números para hacer más fácil la entrega de los diplomas.
El acto comenzó a las 9 am. En el acto hablaron Sonia Romero, Mario Infante, uno del MININT y un alumno de la escuela que estaba en secundaria.
Waldo y Morejón nos entregaron los diplomas de graduados y el del Mérito por subir la Loma del Taburete. También nos dieron un sello, una postal y una pañoleta roja con el retrato del Che.
El acto se terminó temprano. Nos cambiamos de ropa y fuimos a almorzar: congrí, carne de puerco, plátano y pan.
A la 1 nos concentramos en la plaza por los puntos para regresar a La Habana. Salimos a las 2 menos cuarto de ese lugar.

Domingo 13-7-1980
Este diario recoge los días que pasé en la Loma del Taburete con motivo de mi graduación de preuniversitario. Aquí termina una etapa de mi vida que deseo recordar y es por lo que escribí mis impresiones del viaje.
Ahora todos tomamos rumbos diferentes, pero por siempre recordaré a mis compañeros, que pasaron seis años becados junto conmigo en la escuela Lenin.



La víspera

—¡Ven acá, mijita, dime que no es verdad lo que acabo de escuchar: que pretendes irte para un campismo este fin de semana! ¡Yo quiero oírlo de tu propia boca! ¡Susúrramelo cerquita de la oreja, porque estoy medio sorda gracias a los puñeteros discos que pones día y noche en el equipo que a mala hora te compré!
—…Sí, mami, es verdad.
—¡¿Y lo dices así, con esa cara de Madre Teresa de Calcuta?! ¡¿Por qué yo tengo que enterarme justo ahora, dime?!
—Te lo iba a decir cuando llegaras del trabajo, y acabas de entrar por esa puerta… Papi me dio el visto bueno.
—Ya lo sé. ¿Por quién tú crees que me he enterado: por Radio Reloj?
—Mami: ¿y qué tiene de malo que vaya a un campismo?
—¡Lo diabólico no es que vayas al campismo, pues varios sueldos me he gastado en llevarte! ¡Lo cuestionable es con quién vas!
—Con la gente de mi grupo…
—¡Grupo en el que está incluido, si no lo han expulsado por mala conducta, el tipito raro que te ha acompañado tres veces hasta la casa!
—¡¿Y qué tiene de raro, si se puede saber?!
—¡La puntilla a medio centímetro de la cúspide de la lengua! ¡Las cejas retocadas por una pinza! ¡El pantalón alicaído mostrando los calzoncillos!… ¡Si hasta parece un retrato de Dalí!
—Pues entonces mi aula es un museo, porque todos lucen igual…
—¡Cuando yo lo digo! En mis tiempos los machos eran remachos, sin tantos remaches en la cara ni areticos afeminados en las orejas. ¡Y ni hablar irse para un campismo!
—Porque no existía ni hacia falta. Porque —como me ha contado papi— con nueve pesos te ibas a un hotel y con otros diez comías y te curdeabas… sin contar que al regreso a casa no llegabas cundido de chinches.
—¡¿Y qué te hace pensar que yo me iba a un hotel sin el consentimiento de tus abuelos, a ver?!
—Si no lo hacías eras bien boba…
—¡Pues no lo hice!… La primera vez que me alejé de casa fue cuando me gradué del pre, los días que me pasé en Pinar del Río… ¡Y no fuimos a vacilar, pues era una actividad política!
—¡Sí, y cuando los cocuyos comenzaban a revolotear, ustedes comentaban el último editorial de Granma!
—¡Claro que no! También oíamos música, bailábamos, nos reíamos… ¡Pero había respeto! Esa es la palabra: ¡respeto! Los muchachos de mi aula eran curas franciscanos comparados con los de hoy día.
—Vamos, mami, no exageres, que bastante gozas cuando se ponen tú y tu amiga de la Lenin a cuchichear sobre las tropelías que hicieron aquella semana…
—¡¡¡Habla bajito, coño, que tu padre puede oír!!!… ¡Y se acabó la discusión: si mañana, cuando regrese del Taburete, me entero de que te fuiste de todas formas para el campismo con el esperpento ese, vas a tenerte que zumbar una segunda temporada conmigo, ¿qué te parece?! 





Reglamento del viaje del reencuentro

Por la Dra. Lidia Matriz Pérez Carrera (desde Melena del Sur)

La vida nos premia y podemos reencontrarnos en condiciones diferentes y, sobre todo, siendo distintos por dentro y por fuera, y mejores. Nos veremos en el escenario donde hace 32 añitos (que no son nada), realizamos nuestro viaje de graduación, que selló seis importantes años de nuestras vidas: los de nuestra adolescencia, que nos marcaron, y a los que —queramos o no— les debemos en mucho la calidad de seres humanos que hoy somos.
En nuestro interior se han desempolvado huellas que creímos borradas y, para nuestra sorpresa, nombres, caras y situaciones han vuelto a actualizarse para que nos sintamos, otra vez, con el espíritu y la alegría de 17 o 18 añitos, con las mismas ganas de divertirnos y de joder, y con la posibilidad de realizar este anhelado sueño.
Pero como el cuerpo y el espíritu son uno solo, para evitar que sufra el primero por imprudencias del espíritu joven que se ha apoderado de nosotros, teniendo en cuenta que estamos al llegar o pasando los “Maravillosos 50”, y para no perder la costumbre de la escuela de preverlo todo y normarlo TODO, creímos oportuno plasmar un grupo de sugerencias que normen nuestra actividad y garanticen el éxito de nuestra excursión:

1) Si padece usted de hipertensión arterial o diabetes mellitus, u otra enfermedad que lleve tratamiento estable, no olvide tomarse sus pastillas esa mañana ni deje de echar en su bolso sus medicamentos, no vaya a ser que por las emociones, el viaje o… lo que allí hagamos, le ocurra algo y se nos complique la jugada. Ojo a los profesionales de la salud para que vayan preparados.
2) Si no padece de nada, tampoco deje de echar en el bolso unas tabletas de Dipirona, porque a nuestra edad lo mismo duele la cabeza que el dedo gordo del pie. Esta medida es solo preventiva, porque no vamos a tener tiempo para sentirnos mal.
3) Cuando cierre la puerta de su casa para ir al punto de recogida, cerciórese de que dejó también los problemas de su cotidianidad bien cerrados, guardados y protegidos, no vaya a ser que sin darse cuenta se le hayan metido en la bolsa y cargue con ellos, lo cual sería un peso excesivo e innecesario.
4) (Sobre todo para las damas, que seguramente invertirán cuantiosas sumas de dinero en la chapistería, para verse más bonitas). Mesura: los años no han pasado por gusto y, a pesar de que queremos que nos digan la bella frase: “¡Pero estás igualita!”, ninguna es igual a la que fue. Lo más importante no es serlo, sino sentirse bellas, atractivas y abiertas al intercambio [¡Eso: abiertas al intercambio!].
5) (Para los caballeros). No olviden las gorritas, para evitar que el cuero cabelludo expuesto, o mejor: la calvita, no sufra mucha calentura.
6) Como para todos resulta importante la familia que hemos creado en estos años de ausencia, recuerde no olvidar una foto de sus hijos y nietos si ya tiene el placer de tenerlos. Esa chochera es propia de esta edad y no de la que tuvimos, pero es muy gratificante.
7) Por supuesto: borre y olvide viejos rencores y sentimientos desagradables, que los que vamos lo hacemos por la necesidad de reencontrarnos con los demás y con nosotros mismos, y el espíritu del grupo y su energía es muy positiva, es de crecimiento y desarrollo personal y grupal. No se aísle, ni aísle a nadie, no se ría de otros ni tema que se rían de usted, que al final todos nos vamos a reír de todos por lo felices que vamos a sentirnos.
8) No reprima emociones, que eso afecta su salud. Se permiten griterías, reacciones emocionales de todo tipo, pero se limita el lagrimeo a un minuto por persona, así que lleve decidido con cuál de sus amigos o amigas quiere hacerlo [¡Mujeres: háganlo conmigo!], en aras de preservar el medio ambiente y el equilibrio ecológico [¡Claro que todo se preserva!].
9) Si tiene hijos o hijas adolescentes y criticones, días antes del viaje discuta su vestimenta y lo que pretende llevar al viaje para evitar disgustos e inseguridades en el momento de la partida.
10) Como somos un grupo profesionalmente heterogéneo y bien informado —en lo cual radica nuestra grandeza—, serán inevitables determinados temas de discusión y debate de carácter general como podrían ser, por pura casualidad, el beisbol o el reordenamiento económico [¡Ah, ¿porque ya hubo ordenamiento?!]. Candela, eso seguro no faltará, y con la pasión que siempre nos caracterizó. Por ello, y sin que nadie se ponga bravo, les pedimos vengan documentados, porque como entre nosotros hay expertos, si nos da por hablar no nos van a alcanzar ni quince días.

Ya está bueno de recomendaciones y reglamentaciones: “represiones”, como diría el genial Sigmud Freud. Sencillamente prepárate como te dé la gana, ve como te dé la gana, déjate llevar por el ambiente que se genere y disfruta intensamente esos momentos, que es un privilegio, con 50 años, volver a ser adolescentes.
Ah, no se nos puede olvidar que todo en la vida tiene un precio. Para todos el precio a pagar por estos magníficos momentos es el reconocimiento y agradecimiento inmenso a esos queridos amigos que nos han enlazado y han trabajado tanto desde hace ya varios años en este proyecto. Propongo un RECONOCIMIENTO ESPECIAL, con MEDALLA DE HONOR y DIPLOMA para EPY y Maricusa [¡Yo voto con las dos manos!]. Se acepta que alguien confeccione los diplomas, las medallas, así como proponga otras iniciativas y personas a reconocer [Por ahí empezaré yo: por tratar de reconocer a las personas].


Un lamentable incidente

La Comisión Organizadora siente el deber de informar a todos los participantes en Taburete 2 que siendo las 07:00 horas del miércoles 18 de abril, un centenar de cooperativistas de Gato Encerrado, a solo kilómetro y medio de la comunidad Las Terrazas, se posicionaron en las estribaciones del lugar y procedieron a tomar las dos carreteras, tres caminos, once veredas, seis caminos por vereda, veinticuatro trillos y catorce atajos que conducen a la histórica elevación.
El cabecilla de los complotados, Apolinar Carrasco de las Canteras —se hace nombrar “El Manicuro”—, en carta al periódico El Guerrillero, principal (y único) órgano de prensa de la provincia pinareña, ha declarado que no permitirán el ingreso en esa comarca de vehículo alguno que conduzca a los integrantes de la Graduación 6to. Aniversario si estos no les hacen llegar, cuanto antes, las cinco ediciones del boletín El Globo y les firman un contrato de suscripción de por vida (pagarán bien). Que no lo aceptan en formato digital pues el servidor de la vaquería está en taller, y que los cien ejemplares impresos de cada número deben llegar a su poder en papel bond de ochenta gramos, cubierta de cartulina cromo brillo, y cuatricomía.
El jefe de la PNR de Candelaria ha lanzado un ultimátum para la rendición de los sediciosos —pertenecientes al Movimiento Millonario—, quienes están armados con 104 machetes, nueve limas y tres multiarados, y aseguraron estar dispuestos a morir en el empeño.
El corresponsal de la AFP en La Habana, único periodista que ha logrado comunicarse vía telefónica con el portavoz de los sublevados, ante su solicitud de entrevistar a algunos de los revoltosos, solo recibió, del otro lado del auricular, una lacónica respuesta: ¡¡¡Aprenda a escribir primero!!!


Más lamentable entodavía

Tomen las cosas con calma. Les informo que los libros Cincuenta cuentos de nuestro Era (1990) y Obra inconclusa (1994) fueron publicados cuando el Periodo Especial transitaba por sus años más exitosos. Ambos títulos, de tanto rodar por el complicado laberinto imprenta-almacenes-almacenes-almacenes-almacenes-librerías, ya están completamente agotados. Cada cual a lo mío (humor en bruto para gente no tan bruta) está incluido en el plan editorial del año 2013.
 Eviten entonces cosas tan feas como la que acaba de suceder: la Oficina del Historiador de la Ciudad ha dirigido una carta a la Mesa Redonda en la que denuncia que un grupúsculo de leninistas de la Graduación 6to. Aniversario hubo de obligar a una dependienta de La Moderna Poesía a deglutir un litro de Cerelac [¡¡¡criminales!!!] solo porque la pobre señora, ante el reclamo desesperado de dichos ciudadanos, les respondió que ella ignoraba quién demonios era el Era ese.
Tengan la seguridad —es una promesa— de que a su debido tiempo los pondré al tanto, A TODOS, de su salida de imprenta, para que obliguen a los organizadores del Sábado del Libro a trasladar su sede habitual de la Plaza de Armas a la Plaza Vieja del propio Casco Histórico.
Para mí está claro, espero que para ustedes también, que estamos hechos puro casco, pero hay que guardar la compostura.





Anecdotario

Un clavado saca a otro
Por Ofelia Pavone Pérez

Bouza… Ulises se refirió a él y, según fui leyendo, imaginaba la gran maleta de cuero carmelita, sumamente pesada, que lo llevaba siempre encorvado, y su paso lento. Me parece estar viéndolo.
La guarandinga y los paquetes de gofio para el campo… ¡Qué merienda tan apropiada! Parece broma, pero era ¡de madre! cuando aquello se pegaba seco en la garganta. Peor aún (seguro alguien recuerda): batida de gofio en el campo o en la misma guarandinga, y llegar al albergue llenos de gofio de pies a cabeza [¡Cuánto quisiera ahora, después que me quitaron el almuerzo, llegar a casa lleno de gofio de la cabeza a los pies!].
Las piscinas… ¡Son tantas las anécdotas que recogen! Las mantenidas competencias entre Narciso y Rodolfo, cada cual con su clan de fans. A decir verdad, los dos eran buenísimos, y nadie sabía nunca quién iba a ser el ganador.
¿Y del tanque de clavados, qué? Piruetas esmeradas como las de Hugo D’Acosta, desde el último piso del trampolín. Normalmente se acompañaba de otros clavadistas, no tan técnicos, pero igualmente espectaculares. El choque con el agua podía ser de cualquier forma inimaginable. Más de uno se accidentó en nuestros espacios recreativos de la piscina. Que conste que, aunque me los calle, recuerdo con exactitud cuentos de casi-ahogados…
De hecho, a Miriam Gutiérrez (Millo) y a mí, en algún momento, se nos ocurrió pasar por esa área especial. No nos fue demasiado mal mientras se trató de ejercicios de elasticidad en tierra, pero cuando el profe nos llevó al tanque a una “prueba de valor”, se armó lo lindo: ambas comenzamos por la plataforma, luego primer y segundo piso… y hasta ahí todo bien. Millo se convenció de no querer subir más, pero yo insistí en añadir más altura. Ya estaba en el cuarto cuando se me ocurrió mirar para abajo, y de repente la piscina se me convirtió en una taza de café. ¡Y parampím, parampeta, se chivó la bicicleta! ¡Nada de nada!: a esta flaca, que para entonces llamaban Grillo, no había Dios que la hiciera tirarse, y el tiempo pasaba… y se llenaban las ventanas de los albergues de varones, desde donde rápidamente comenzaron a escucharse silbidos, risas y gritos: ¡qué papelazo!… El profe: desesperado conmigo… Al sonido del cambio de turno y más allá de mi ego y mi dignidad enturbiada, escaleras abajo dieron cuenta de mi velocidad… hasta que estuve en el último escalón y luego en tierra firme.


Di por qué (dime, abuelita…)
Por Humberto Cornillot García

¿Por qué Aquilino se llevaba la comida del comedor?
¿Por qué la moto de Eber caminaba con fango como combustible alternativo?
¿Por qué la bicicleta del piscinero la fregaban en el tanque de clavados?
¿Por qué el auto de Sonia Romero y algunos picolinos transitaban por la escuela después de las diez de la noche?
¿Por qué en grado doce cambiaron la hora de dormir para las doce de la noche, si estábamos en exámenes?
¿Por qué MARA (Manuel Alberto Roque Arias) tenía tanto genio?
¿Por qué los laboratorios de Química y Física se convertían en Centros Nocturnos?



Una picúa que quería hacer tortilla...
Por Alfredo Rivera Delcourt

Una de las veces que más me he reído en mi vida fue por causa de Ameijeiras y de Raúl el Guajiro. Lo más probable es que ellos dos ni se acuerden. Fue en el Balatón[1] de Varadero, un viaje turístico en un bote de velas por los cayos del norte de Matanzas con duración de una semana. Lo resolvió Hugo D’ Acosta. Solo teníamos dinero para cinco personas, pero fuimos ocho. ¿Se imaginan?: con quince años, ser marineros (en sentido no figurado). Y para colmo de males el segundo día perdimos la careta de pesca submarina.
 Un día por la noche, en la cabina del bote, estábamos obstinados, aburridos y con hambre caníbal (en sentido no figurado). Ameijeiras siempre se burlaba de las nalgas de El Guajiro y empezó a golpear el casco del bote (por dentro, por supuesto):
—Raúuul… Soy una picúa que quiere hacer tortillaaa…
Empezamos a reírnos a más no poder. Ahora parece estúpido el motivo, pero no sé si era por causa de todo lo anterior o que ya estábamos enloqueciendo, pero el caso es que nos entró una risa contagiosa que no podíamos parar. 
 El día de la fiesta que se hizo en casa de Ana María Cotera me encontré con Carlos Pérez y hablamos del famoso Balatón de Varadero. Ni me imagino que dirían en aquellos días los de las otras embarcaciones:
—Mira a esos abelarditos (el bote lleno de machos, sin jevas, ni comida, ni avíos de pesca…). Mejor se hubiesen quedado en casa con su mami.
Pero a pesar de toda la inexperiencia y el hambre, fue una semana de casi-náufragos inolvidable.

[Nota del editor: Interesante el juego intertextual que nos propone el autor entre la picúa (referente fálico-lesbiano] y las nalgas de El Guajiro, que aluden subliminalmente a los campesinos cubanos, a la retaguardia mientras no aseguren el condumio de sus compatriotas. Lo que no queda del todo claro es qué tiene que ver una cosa con la otra, pero es sabido que explicar un chiste es cosa bien difícil. En lo que sí no coincido con Alfredo es cuando afirma: “Ahora parece estúpido…”. Querido amigo: eso de reírse por una picúa tortillera es estúpido ayer, hoy y siempre].


[1] Balatón: (1) Maratón que se realizaba en embarcaciones de Bela de la Dársena de Varadero en las décadas del 70 y del 80. (2) “Pa’llá ba el latón”. Aviso que suelen utilizar los trabajadores de Comunales para anunciar que han lanzado el recipiente con basura. (3) Municiones que utilizaba Tom Sawyer para su revólver en la novela del mismo nombre.




El encuentro

—¡Muchacha, por fin te veo! Cualquiera diría que me estabas evitando. Recuerda que “Huir aprisa es de cobardes… y huir despacio es de cobardes que no tienen prisa”,[1] jajajá. Pensé que ibas a montar en la misma guagua queyo para venir al Taburete… Disculpa: primero un beso y un abrazo… Perdona la lagrimita, pero a mí estas cosas me emocionan tanto…
—Sí, son muy…
—Cuánta nostalgia, ¿eh? ¿Te acuerdas cuando marchamos frente a la Embajada de Perú? Hace unos años la borraron del mapa para construir un hotel: ahora más bien se parece a Cayo Club, jajajá… Cambiando de contenido: ¿tú sabes a quien recogieron como cuatro cuadras más abajo de donde yo vivo?: la rubia a la que le puse un sapo en su taquilla para que saliera espantada del albergue y pudiéramos comernos en paz el tocinillo que nos trajo de tu casa la madre combatiente. La muy tonta subió al ómnibus y me dijo después del saludo: “Te he echado de menos”, y yo presta le riposté: “Pues échame más, porque tengo hambre”, jajajá.
—Yo…
—Se mantiene muy bien, hay que decirlo, pero el marido está mejor, debe ser más joven que ella. Venían apretando en todo el trayecto, parece que en la casa no pueden hacerlo. Sí, porque a pesar de la cantidad de años que llevamos doblando el lomo, hay gente aquí que quisiera mudarse de nuevo para el bloque H de la Lenin, con literas y todo… ¡Se veían cada cosas desde nuestro albergue…! No se me borra de la memoria aquella pareja que salió corriendo medio desnuda de la turbina para que el piscinero no los agarrara en el acto… ¡y qué acto!, jajajá. Bueno, eso era mejor que hacerlo en el cubículo: no sé si recuerdas a la mulatica (¡mírala, mírala allá!) que ponía una frazada de cortina para que el novio se colara en su cama, a los ojos de todas nosotras… Yo no podría.
—Yo tampoco.
—Todo en exceso es malo, aunque todo en el sexo sea bueno, jajajá. Lo infernal de las becas es que son pasto de muchas barbaridades que los jóvenes, en sus hogares, nunca harían. No dudo que esas cosillas hayan influido en la decisión —fresquita está— de darle tierra y pisón a las ESBEC e IPUEC, que de escuelas en el campo pasaron a ser “secuelas en el campo”, jajajá… ¿Aquel del pulóver a rayas no es el que fue novio tuyo y partió a la Erre Dé Á a estudiar Pastos y Forrajes? Hiciste bien en darle koniec a ese noviazgo, porque después de cinco años codeándose con alemanas ¿tú crees que iba a regresar a recogerte? La señora esa que trajo al Taburete no parece germana, pero sin duda estuvo ligada a la misma carrera: ¡es una vaca!, jajajá… seguro nada más oye a la Comelata Romeu, jajajá… ¡Ay, me orino! Yo, por mi cistitis, no puedo hacer esto, me lo ha dicho mi urólogo, un tipo que siempre anda apurado porque dice que “el tiempo es uro”, jajajá… No pongas esa cara, tú sabes que yo soy la mata, la jodedora de siempre, te reías muchísimo conmigo…
—Si me dejaras hablar…
—Ay, chica, disculpa, no te molestes, es que estoy estresada con esto de verlos a todos después de montón pila burujón puñao de años… Mira a aquel de la gorra verde olivo: ¡pobrecito!, tan desmejorado… Al principio creí que venía a servirnos de guía como sobreviviente de la guerrilla. ¿Y qué tú me dices de la que fue jefa de albergue en grado 12? Esa voló a Italia a estudiar Pastas y Macarrones, una carrera rarísima que puse de primera en la planilla, pero ella me la tumbó para, en definitiva, dejarse pasar la aplanadora por encima: fíjate que su piel es el vivo reflejo de las olas de asfalto que retoñan frente a las paradas, jajajá. Yo pensaba que los carbohidratos de los espaguetis duraban en sangre —más si son italianos—, pero… ¡qué despiste!: no hemos hablado de ti: ¿dónde trabajas?
—En el MININT.
—¡Uyuyui, qué embarque! No he dicho nada comprometedor, ¿verdad?… Ahora dime por qué no seguiste enyuntada a mí, si yo te proporcionaba buena suerte. Verdad que en onceno nos separaron en grupos diferentes y casi te perdí de vista. ¿Qué unidad te tocó a ti?
—La del Cotorro.
—Jajajá, eso te quedó bien. Ya me extrañaba que no pusieras uno de los tuyos. Aunque el chiste hubiera alcanzado más categoría si decías “Vento”, pues allí por lo menos hubo una filial… Ah, mira, vienen a traernos la lista para que firmemos. Pon tu nombre primero.
—Yo vine de acompañante. Fírmala tú y llévasela después a mi marido… el guerrillero. 


[1] Frase del humorista español Noel Clarasó. Genial, ¿no?





¡Muchas felicidades!

Ileana Alonso (por siempre y para siempre) (19-4-1962)
[Gorda: estarás con nosotros. Irás acompañada de tu destartalado Lada, el mismo que iluminó con sus pinturas tanto bache de La Habana. Llevarás también tus cuadros, pinceles y artesanías, tu sonrisa de cubana jodedora, y esa humanidad que pesaba más que tu cuerpo].

Vilma Jay (21-4-1962). [Vilma: tendremos un pensamiento para ti antes, durante y después de escalar el Taburete el ya legendario día de tu cumpleaños. ¡¡¡Felicidades reiteradas!!!]



A los que no tienen correo por culpa del bloqueo o su máquina está bloqueada por un desliz del correo.
A los que rogamos enviaran su fecha de cumpleaños, pero nacieron para vencer y no para ser (con)vencidos,
A los que tendrán la desgracia de cumplir años después que cierre El Globo.
Y a los que les produce vergüenza llegar a tan venerable edad.
A todos, con todos y para todos:
¡¡¡Felicidades!!!



Acúsenos si lo recibe

¿Ya le tomaron el pulso a la situación? ¿Se han medido la presión arterial en estos días? ¿Cómo están las sístoles y las diástoles de esos corazoncitos? ¿Podrán soportar las emociones que se avecinan?
Médicos de la Graduación 6to. Aniversario

Jorge:
Aquí tienes la opinión sobre el boletín de Cary Núñez, quien vive en Inglaterra y es nuestra enviada especial allá en el Palacio de Buckingham.
Besos:
EPY

Edelmira:
¡Me muero de envidia por compartir con ustedes la escalada del Taburete! Me encanta el boletín y espero con impaciencia el próximo número.
No sé exactamente en qué fase están las gestiones del almuerzo, pero me encantaría ayudar, así que se me ocurre que podrías llamar a algunas personas que quizás te den “una manito”. Llama al telf. 048 578600 y pide que te pongan a Oti (guía de turismo de Las Terrazas). Dile que llamas de parte de Cary, la guía de Havanatur, para ver si él puede coordinarte algo en el Complejo o ponerte en contacto directamente con la dirección del mismo. Al fin y al cabo, ellos tienen la infraestructura y quizás te puedan dar un precio módico, de manera que ambas partes queden satisfechas. Estoy pensando en “La Casa del Campesino”, el restaurante de la casa de botes o el del río San Juan. Podría ser algo rústico e informal. Quién sabe si al Complejo le resulta factible cocinar en sus instalaciones y llevarles el almuerzo, en cajitas o en cantinas, a un punto acordado en la Sierra del Rosario.
Si no encuentran solución en Las Terrazas, pídele a Oti que te ponga en contacto con Isidro, Cecilia o alguien de la zona, a ver si ellos conocen a alguien en Candelaria interesado en alimentar a tropa tan singular. 
¡Suerte!
Saludos:
Cary Núñez

Esto se pone cada vez mejorrrrrr…
¡¡¡Gracias, Cary!!!
EPY

[Los tres correos anteriores debieron ser publicados en el no. 4, pero se me extraviaron entre la madeja de cosas que guardo para incluir en El Globo. Su inclusión en este es imprescindible, para que el batallón compruebe todo lo que se ha sudado, y cuánta gente lo ha hecho, por nuestra causa. Es testimonio además —doy gracias anticipadas a Cary— de que estoy muy cerca de ser invitado como reportero para cubrir las próximas Olimpiadas de Verano en Londres… No te precipites, querida amiga, con el asunto de la visa, pues juraría —debo consultarlo en mi plan de trabajo— que los días del magno evento deportivo coinciden con una visita de control y ayuda a Calimete, y ardo en deseos de conocer ese pueblo].

Tembitas:
El Era volvió a parir un boletín y va por cuatro. Por favor: cuando respondan sobre el tema de la comida, digan qué plato quieren para hacer la reservación desde aquí. Pese a lo explicado, algunos no entienden. Háganlo rápido, porque me mudan hoy de oficina y eso implica estar fuera del aire por un rato. Si no pueden, llámenme a la casa: 203-0335.
¡A moverse!
Besos,
EPY

Edelmira:
Le dices al gerente del restaurante que mi bisté lo quiero de vuelta y vuelta. Que exijo incluya en el congrí algún que otro seboruco para acordarme de la beca. Que a mi libra de carne de puerco le adose un hueso, pues mi vicio polleril no me permite estar a gusto si no chupo un fragmento de esqueleto. Y que después que le suprima las cebollas al kilogramo de fibra del chama mío, le reste cinco pesos a mi cuenta.
Besos y abrazos:
Era

Tatiana:
Veo que entraste en la escuela a los tres años de nuestra partida. Yo también ingresé con esa edad, a finales de agosto de 1974, a los siete meses y pico de su inauguración. Casi la estrenamos. Mi generación vio aparecer muchas cosas, hasta la construcción del segundo tanque de agua de la escuela.
Muchos de los hijos de mis compañeras han pasado y están ahora mismo allí. Mi hijo, que estudia cuarto año de Ingeniería Automática en la CUJAE, es de la graduación 33. Era de la Unidad 3, cuyo director era Marcelino. Si todavía está allá, dile que la mamá de Alejandro Ramos, el de los fijadores en el brazo, le manda un beso bien grande.
Si el profe Morejón sigue ahí, le dices que sus alumnos lo recuerdan con mucho cariño, al igual que a Carbonell, de Educación Física. Son veteranos que también dieron clases a nuestros hijos. Si se embullaran a ir, serían muy bien recibidos. Nada, que si sigo escribiendo no te dejaré trabajar y son demasiadas cosas para contar.
Cuando lo consideres, vamos allá y le llevamos las fotos y otros presentes. Solo tiene que poner la fecha y buscar la mejor ocasión. Además, nuestra escuela puede contar con esta tropa para lo que sea necesario. Estamos dispuestos a ejecutar cualquier tarea para que se recupere del inevitable paso del tiempo y se mantenga por siempre.
En el Salón de Historia tienen un cuadro de Maritza Hernández, sicóloga y pintora de nuestra graduación. Ella lo donó a la escuela en enero de 2004, con motivo del aniversario 30 de su fundación. Es una bella composición hecha con los elementos del monograma. Le adjunto nuestro sello. Muchas gracias por todas tus atenciones y esperamos conocerte pronto.
Un beso,
Edelmira



Edelmira:
Te cuento que Marcelino aún está, ahora reciclado como director de Unidad, porque después que se graduó el ciclo de su hijo, pasó a ser el subdirector general para las inversiones, la reparación y el mantenimiento de la escuela, y con posterioridad cubrió un curso como subdirector de administración general, hasta que lo devolvimos a su fuerte: al frente de la Unidad 3, que cierra ahora el ciclo de la graduación 38, para iniciar el próximo con 10mo. de la generación 41 de graduados de la Lenin. Aunque más viejo, también más interesante; le dio por mujer joven, que es nuestra jefa de Contabilidad, y tienen un niño pequeño de 5 años que se encorva y camina igualito a él (broma), pero sigue siendo EXCELENTE.
Morejón, aunque jubilado, se reincorporó. ¿Adónde irá que mejor lo quieran? Continúa viviendo en el edificio de trabajadores y ahora, viejísimo, feísimo y peleonsísimo. A Carbonell lo creí mejor tipo, al menos más conservado (vaya, lo que se ve: la cáscara), pero resulta que desde enero lo he visto cojeando y agarrándose la cadera; le pregunto y la respuesta no la encuentro clara: “Este que yo, eee… este que yooo...”. En fin, no me parece que alguno sea buena compañía para esa expedición de atletas de alto rendimiento y voluntad. Agradece a tu compañera Yamila la misiva que me ha enviado. Les pido organizar algo en cuanto retornen de la Loma, para compartir acá, en la escuela de todos los leninistas. Un abrazo de una más. Chao.
Tatiana Viera Hernández, directora del IPVCE Vladimir Ilich Lenin

Lenineros o taburetanos:
Saludos del Piwi y de Remi, que recién nos visitaron.
Humberto Cornillot García (crs@cubanacan.tur.cu)
Telf: 836-4091

Como ustedes saben, el próximo 19 de abril es el cumpleaños 50 de nuestra amiga Ileana Alonso. La invitación del adjunto es para asistir a un espacio que ella creó, que tendrá lugar en la Casa del Alba el jueves 19 y el viernes 20. Este último día habrá un concierto-homenaje a las ocho de la noche. Así, al día siguiente, nos iremos pa’ la loma bien protegidos.
Besos,
EPY

Jorge
Como no tengo palabras para expresar lo bueno que están estos boletines, mejor que quedo callado… Gracias a su circulación recibí un email de Juan Manuel Ameijeiras, alguien del que solo tengo recuerdos agradables.
Yo creo que todo el mundo tiene una lista de los momentos en que más se ha reído en su vida y en mi Hit Parade (¿les recuerda algo esa frase?) de risas, Ameijeiras fue responsable de una de ellas. En su email me pregunta si me acuerdo de él. Le respondí recordándole la famosa anécdota que adjunto [ver pág. 23 ].
Un abrazo:
Alfredo Rivera Delcourt



¡¡¡A mis taburetinos!!!:
¡Bendito jueves! Y es que para mí, para quien los jueves generalmente representan un día de reunionismo sin fin, hace un mes he descubierto en este día de la semana nuevos incentivos que me hacen desearlo, añorarlo. Hoy, por ejemplo, después de caminar media Habana, bajo un sol de abril que parece julio, y habiendo sido peloteada de un lugar a otro, he tenido un día literalmente agotador: me duele cada hueso, y tengo ampollas en los pies… Pero abrir la máquina buscando el boletín ha sido un acto casi automático, lleno de ansiedad y anhelos. ¡Y ahí está, nuevamente!, dando continuidad ininterrumpida, renovando, recordándonos, ayudándonos a conformar imágenes de los nombres que aparecen y las historias que se rememoran. ¡Y es tan lindo, tan gratificante! Como dijera alguien de los tantos que ha escrito (no recuerdo quién): deberá ser una idea para no abandonar, aunque lógicamente no mantenga la frecuencia que tiene ahora.
Jorgito: me emocioné mucho al leer todo lo que narraste sobre los boletines impresos de Iliana. De más está suponer el efecto que te debe haber causado. En fin, amigo, que de esta no te escapas. Y si, como nos has mostrado, realmente querías ser escritor y periodista, pues ¡adelante, maestro, que la mesa está servida!
Y ahora no sé adónde irá esto. Le mando un abrazo al profe Osvaldito, ¡qué bueno saber de ti! ¿Vas con nosotros al Taburete?
Ahí les va una anécdota [ver pág. 21]. Claro que hay más cuentecitos... pero no se afilen los dientes que, por hoy… ¡es suficiente!
Quedan menos días para lo que ocurra en el Taburete. Ya veremos exactamente que pasará. Me parece muy oportuna la idea de los cubitos de hielo; podríamos agregar algún analgésico para los dolores musculares y óseos (jejé), pa' to’ el picotillo en que nos vamos a convertir. Coincido, Edelmira, que seguramente otros elementos esenciales de aquella época no los necesitaremos ahora.
¡Ánimo, muchachitas y muchachitos! Como citó Jorge en una de esas canciones que sacó del fondo de cualquier baúl: “¡Alegre y sonriente, es nuestra juventud, de hoy...!”.
Nos vemos. Un abrazo con cariño:
Ofelia Pérez

¿Te leíste el boletín?
EPY

Por supuesto que lo leí, por poco se me va la guagua del trabajo porque estaba en la Feria y vine a leerlo tarde. Con el dis y con el mulo, ya Jorgito tiene un montón de colaboradores… estaba larguito [largo este…]. Le voy a decir que lance un concurso de dos o tres páginas (que el tiempo no alcanza) sobre la experiencia después de subirrrrrrrrrrrrr la loma y de lo que pase en el encuentro, con jurado incluido para premiar los tres mejores. El problema es ver de qué forma podemos mantener esto, que es tan bonito y estimulante para todos.
Besos:
Ana María Baldor


Jorge:
Aquí te envío los poemas que escribí en mi juventud, para compartir contigo algo muy personal. Como verás, tienen influencia de Mario Benedetti y de otros autores de la década de los 80. Mirándolos en la distancia y con espíritu crítico, están algo cursis, demasiado simples, pero lo mejor que tienen es que recogen los sentimientos más puros de una estudiante enamorada, por eso los quiero tanto.
Como no pretendí (ni pretendo) publicarlos, nunca los sometí a crítica alguna o valoración de otros, así que tienes el privilegio (por ser mi amigo) de ser una de las pocas personas que conoce que algún día desahogué mis sentimientos escribiendo en un papel.
Creo que ya cumplí: No escribí un libro (sí al menos cinco poemas), pero sembré muchos árboles y tuve una hija (jajá). [Nota del editor: yo tuve un libro, escribí un árbol… y sembré un hijo].[1]
Que no te dé pena hacerlos talco (aunque me vanaglorio de haber leído cosas mas cheas, jajá).
Saludos,
Anicia Fuentes

Edelmira y Yamila:
Me he leído todas las ediciones del boletín que me han mandado y lo he disfrutado muchísimo. Gracias. El boletín está muy bueno, he recordado muchas cosas que las tenía en “archivo pasivo”, jajajá. No voy pa’ la loma, pero dudo que los “achaques” me hubiesen dejado llegar al final. Pero ya nos veremos…
Creo que lo mejor que hemos logrado los que estuvimos en la Lenin, en especial en sus primeros años, es mantenernos como un grandísimo grupo, con un increíble sentido de pertenencia y cariño a aquella escuela.
Además, me encanta que mantengan el sentido del humor y tanta frescura, cualidades indispensables en el mundo actual.
Un beso:
Baby (Bárbara Betancourt, profesora de Español y Literatura).

Cada vez que leo el último boletín, pienso que el próximo no podrá alcanzarle, pues el último es el mejor y va a ser difícil de superar, pero luego llega otro y veo que estaba equivocada: el anterior se quedó nuevamente corto.
Muchas gracias por la iniciativa; apoyo la solicitud de no dejarla morir, pues, como alguien dijo, mueve las neuronas y las hormonas… Gracias por ayudarnos a conservar las memorias de esa época tan feliz, que sin lugar a dudas determinó nuestro comportamiento y vida futura.
Nos vemos el 21.
Un beso
Ily

Queridos ex compañeros:
(Una vez dijo un viejito en el campo, no me acuerdo a quién: “¡Compañeros son los bueyes!”).


[1] La frase es de Eduardo del Llano, y la decía yo en un número teatral de Nos y Otros que se titulaba Sacrificio. 


Gracias por reenviar el boletín (el primero que me llega al correo). Les deseo mucha diversión en el Taburete (yo, en la graduación, llegué con las justas arriba). Por razones de lejanía no puedo ir, y quiero agradecer a todos los que con ánimo de historiadores han guardado las reliquias de los buenos tiempos de la Lenin. Yo, con tantas mudanzas internacionales en mi haber, ya perdí todo documento histórico de esas épocas, aunque hace unos años mi papá me trajo la insignia metálica y un pañuelo firmado por varios compañeros. Los atesoro. Me dieron pie para contarles a mis hijas algunas de las más sonadas anécdotas (que se podían contar) de aquellos tiempos.
Actualmente (hace 25 años, jejejé, qué actual) vivo en Piura, Perú. Estoy casada y tengo cuatro hijas (la mayor, de 26, también casada, me regaló una preciosa nieta de 5 años). Mis gemelas tienen 23 y terminaron la Licenciatura en Teología. La menor tiene 19 y estudia Comunicación en la universidad. Trabajo desde hace muy poco en un hogar para niños con parálisis cerebral y otros problemas; anteriormente trabajé como profesora de Alemán en la Universidad de Piura y como administradora de su centro de idiomas.
Hace veintitrés años que no he vuelto a Cuba, pero, si Dios me lo permite, en algún momento regresaré para saludarlos a ustedes.
Que la pasen muy bien y se diviertan mucho. Mi cumpleaños es el 13 de febrero. Este año he cumplido 49, así que celebraré mis cin-cuenta en el 2013.
Yeranis Valdés Roig

Jorge:
Gracias hermano, por los saludos y por el boletín. Dentro de un rato le echo una ojeada. Sí, yo me gradué de la Lenin en el 85. ¿Cuándo te graduaste tú? ¿Conoces la página de la Lenin: www.lalenin.com? Deberías mandárselos a ellos también. Eida y los niños están bien. Yo, creo que también. Un abrazote. Te quiere:
Enrique (Enrique del Risco)

Hola, chicos (y chicas). Me han encomendado una tarea: deben recordar a Liliana Pita Batistapau, la gorda. Ella sigue en Cuba y se enteró por mí de este grupo y del Taburete y de los boletines. Está loca por contactar con más gente y por ver los boletines. Chavito: no sé si a través de ti o de alguien puedan contactarla; ella me dijo que les diera su correo: anapb@infomed.sld.cu
Bueno, ya está dicho. Ahora los que puedan y quieran, ya saben: un abrazo a todos.

Jorge
No te pude devolver la llamada porque en mi agenda solo tengo el número de tu casa. Disculpa que te haya cortado la amena conversación con la que ya me tenías con lágrimas en los ojos, pero mi jefe me bajó a la realidad, pues estaba apurado con que le entregara un documento.
Muy buena la idea que me comentaste. Ya no tengo mucho más que aportar, pero me ofrezco para revisar textos si hiciera falta (pero tú eres buen editor, así que no creo que haga falta). Sigue así, que vas bien. Eso da mucha realización personal. Me alegra que a ti en lo particular (en tu condición de amigo y escritor) te hayan gustado algunos de mis poemas.
Nos vemos el sábado:
Anicia Fuentes
Edelmira:
Voy en esa del Taburete. Jorgito me dijo que te escribiera. Apúntame con pollo para el almuerzo. Yo vivo en el Vedado, en 19 y 12, así que me dirás dónde cojo la guagua.
Un beso:
Eduardo del Llano

Filo:
Qué bien que me escribes, pero Jorge te dijo que lo hicieras desde hace rato. Ahora estás en lista de espera. No te preocupes, que espero fallos esta semana. Sólo tienes uno delante de ti.
Besos,
EPY

Buenísimo el boletín, nos ha hecho alejarnos del alemancito. No he podido mandar las imágenes prometidas, pues estoy enredada con mi mamá enferma, pero como espero que esta espectacular publicación continúe, las mandaré en cuanto pueda.
Al leer los nombres de los que han escrito, me he acordado de los mejores años de mi vida, en los que crecí y aprendí a tener independencia y criterio. Mi mamá, muy buena, pero con educación a la antigua, me tenía, hasta esos dichosos 11 años en que comencé en la Lenin, con régimen de monasterio, y no es que yo haya sido de las más despiertas, pero sí me hizo girar la vida y no me arrepiento de nada de lo que he hecho después de eso.
Por cierto: mi mamá quizás alguno la recuerde, era María Castillo, y fue del grupo de abnegadas madres combatientes que nos ayudaban a quitar el churre de los baños de nuestros albergues, recogían los uniformes al final de curso y nos llenaban la barriga con las chucherías del Parque Lenin cercano, amén de otras actividades. Debemos también un recuerdo a ellas, y que conste: no sólo por mi mamá [Mayra: casualmente, Luis Riverón me había prestado hace dos semanas el carnet de madre combatiente de Alicia y escribí el comentario que aparece en la pág. 12. Ojalá tu mamá se sienta retratada en él. Dale un beso de nuestra parte].
Para los que no lo saben: Rodolfo y yo aún seguimos juntos, increíble en esta época en que el divorcio es rutina, pero parece que somos las dos mitades de una misma naranja. Tenemos tres hijos: Rodolfito, de 24, diseñador gráfico; Iris, de 22, se gradúa de Contadora este año (leninistas también los dos); y Emilio, de 16 (no leninista, pero muy buen mozo), futuro mecánico: ya sabe desguazar carros y en los próximos cursos aprenderá a armarlos.
Nuestra hija nos dio una bella nieta que ya nos tiene babeados. Todo parece indicar que será término medio entre abogada, rumbera o dirigente, ya se imaginan por qué. En el Taburete nos vemos y les enseñamos fotos. Rodolfo es práctico de puerto y yo logopeda y terapista floral. Nuestro hobby actual: la agricultura en el techo [Mayra: me tranquilizas: yo pensaba que la agricultura estaba en el piso] y los bonsaís. ¿Quien lo diría?: la cabra siempre tira pal monte… no se pueden ocultar las raíces campesinas.
Gracias a todos mis compañeros y profesores de entonces —de los cuales veo muchos nombres en las notas—, que me ayudaron a tomar mi camino.
Me gustaría que me escribieran o llamaran para recordar viejos tiempos. Este mes estoy en la casa cumpliendo mis deberes de hija, pero el 21 nos vemos sin falta aquellos que estaban en mi grupo o nos conocíamos de andanzas.
Margarita Fernández: claro que me acuerdo de ti; te escribí un largo correo, pero parece que no te llegó. No importa, te vuelvo a escribir pronto.
Ileana Filgueiras, Maritza Ravelo, Luis Riverón, Ileana Álvarez, Abelardo Mena, ¿se acuerdan de nosotros? Escriban.
A todos: no me han llegado muchas fotos, quisiéramos verlas. Prometo enviarles las que yo tengo.
A Marla, EPY, Luz Virginia, Eduardo del Llano, Alfredo Rivera, y otros colaboradores, saludos, y por favor, por favor, CONTINÚENNNNNN.
Ileana Valdés: ¿cómo sigues? No sabía nada, espero que todo vaya bien, llámame.
Luz Virginia, por favor: reenvía este correo al listado que tienes. Yo no he podido, pues infomed me dice que son demasiados, como si los amigos sobraran. Por favor: sírveme de puente, o dime cómo hacerlo, no soy muy ducha en esto, mil gracias.
Nuestro teléfono es 642 30 85
Un beso y nos vemos,
Mayra Ferraz (yo soy la que escribo) y Rodolfo Somonte (me da apoyo moral para que escriba y se ríe de todo lo que ustedes cuentan).

Hola, Jorge:
No sé si te acuerdes de mí, yo al menos sí de ti: vivía y vivo en Marianao y fuiste con Alfredo a mi casa cuando ya estábamos en la universidad.
Conocí de la entusiasta expedición a través de los boletines que me ha mandado mi amiga Ileana Hechavarría Pantoja, quien me ha animado a participar, y a pesar de que ya queda poco tiempo, quisiera saber si puedo montarme al tren y escalar como hace XX años la loma del Taburete.
He disfrutado cada uno de los boletines. Me ha alegrado tanto entusiasmo y he revivido los seis años en la Lenin y la graduación.
Dime si estoy a tiempo de participar, y si es así, te pido me mandes la información para incorporarme.
Un beso,
Lupe
[Querida Lupe: llámame urgente al trabajo (835-1922, ext. 111) y trata de comunicarte de todas formas con Edelmira (866-4552, ext. 179). Claro que me acuerdo de ti, yo tengo la mente clarísima… tanto, que juraría que todos están equivocados: la escuela no se llamaba Lenin, sino Vladimir Ilich].

Carlitos (Yisu):
De este gran listado de direcciones de correo electrónico solo identifico a Belkis Galindo. Luego de leerme el magnifico boletín que están circulando, identifico o recuerdo a Ana Maria Fernández Cotera, excelente amiga de esa inolvidable época; Ileana Echevarría, vive o vivía en Mulgoba o en sus alrededores, es también una amiga que no olvido. Es posible que conozca muchos más y hasta nos unan lazos de amistad, pero, como sabes, yo soy de un año menor al de ustedes y por ello es que no logro identificar a otros. No obstante, aprovecho la oportunidad para felicitar a las personas que han tenido tan brillante iniciativa, la que posee un elevado sentido de humanismo y compañerismo. A pesar de yo no formar parte de tu graduación y no haber escalado el Taburete, me he sentido parte de ustedes. Siento una envidia muy sana por ver la manera como se comunican luego de tantos años, muchos sin tener contactos con los que hoy intercambian sus vivencias y experiencias.
También mis saludos y un fuerte abrazo para todos, ya que si bien no nos graduamos juntos, sí pasamos por la bella experiencia de haber estudiado en este hermoso centro que ha servido de escenario para que surjan amistades convertidas en sentimientos de hermandad entre varias generaciones. Ustedes todos son un ejemplo viviente de ello.
Para ti un fuerte abrazo y te exhorto a continuar aportando tu granito de arena para consolidar esta nueva y bella experiencia. Ofrezco mi apoyo en lo que pueda ser necesario para alcanzar tan noble fin. 
Carlos Carranza Valdés

Mayra: estas fotos están estelares. La tuya en la piscina es la mejor, sobre todo porque se ve un decorado —que ya no existe— en la cornisa del gimnasio. Se las estoy pasando a Jorge y a Fátima, que no se cómo se coló en una de ellas y seguro que ni se acuerda.
Iliana: Búscate aquí. Te ves con tu hermana.
Gracias a Deroyma.
Besos:
EPY

Hola, queridas María Elena, Edelmira, Yamila Cohen, Fernández Era y demás implicados. Mil gracias una vez más por hacerme llegar, con los boletines 3 y 4, el calor de esa tropa que ya ha echado a andar locomotora en mano hacia El Taburete.
Me trasmitieron justo el amperaje (¡y el voltaje!) que necesitaba para soportar el frío que hace aquí hoy, y la soledad que hace sentir siempre lejos de los amigos (y de las palmas, ¡que caray!).
Me sumo a los que dicen que ser egresados de La Lenin “es una estirpe”. No importa de qué lado del Atlántico o del Caribe se esté: lo que cuenta es que “eras de La Lenin”. 
No hace falta mucha lata para sacarnos una sonrisa gratificante. Basta decir “profe Bouza” o “profe Matos, de Geografía” (qué flaquito, como recorrió cuanta cueva hay en la cordillera Habana-Matanzas con las trece niñas del círculo de interés de Geología). ¿Y qué me dicen de Demetrio, de “La Pavita”, de Caín, Pepe y Chilín? 
Para “los de La Lenin” los gallos de Mariano son, más que murales, testigos eternos de amores y fumaditas prohibidas (menos mal que no cantan…).
Para nuestro curso, el concurso Adolfo Guzmán es El Fito, Las aventuras de Nicanor son el Filo y Luis Alberto García con sus ojos verdes sentado en la escalera del comedor de pre. Mario Infante es un mito; Ulises Jáuregui un haz, y Yamila Cohen nuestra primera presidenta. 
El Coppelia y el parque Lenin siguen siendo un premio para el mejor albergue; el Marazul (o Tropicoco) un sitio de encuentro; la Lenin la primera opción para nuestros hijos o sobrinos cuando terminan el 9no. grado; el tanque de clavados, un lugar inolvidable. La piscina, los hermanos Pol.
Tengo que confesar que a la Lenin le debo haber conocido a mi mejor amiga, ya una hermana para mí: María Isabel Bermúdez Domínguez, y a otras Estrellas (no Cometas, según clasificación de la Dra. Alicia Pérez Cedán) como Yamilé Berra Sires, Sandra Borges, Milagros Bécquer, Guillermo Ramos… Cierto que nos vemos poco, pero cuando nos comunicamos, los gallos de Mariano cantan solos y las distancias se borran.
Tuve el placer inmenso de conocer al hijo de Luis Riverón y la satisfacción de que él y mi hijo son amigos “de la Lenin”. Allá también estudiaron las hijas de Ana Margarita Núñez Rodríguez, Pilar Oquendo y Ester Márquez. Trabajé en la Unidad 6 (1987-1991) y fui compañera de Félix de la Paz, Grisel Urquiza y Lucila, la mamá de Luz Virginia. Nada, que “todos los caminos conducen a Roma” (o mejor dicho: al km de la carretera El Globo).
¡FELICIDADES, GUILLE, POR TUS CINCUENTA! Me consta que estás en forma, así que no te vas a sentir el Taburete.
Mis felicitaciones también a Ofelita y a Eduardo Marrero. Suerte y ¡que sigan brillando!
Un abrazo:
Cary Núñez

Hola:
Oyeeeeee, sí que está lindo lo que escribes, y eso que hace frío y estás un tin lejos… si no, pa’ qué te voy a explicar. Perdóname, pero, sin consultarte, me veo en el deber de reenviarlo a casi todos los que nombras en tu correo.
Te debo el Guille (creo que tiene roto el correo), pero el sábado en el Taburete se lo decimos, igual a Osvaldo y a Ofelia Niurka (los cumpleañeros).
Igual el de Yamilé Becerra, Mario Infante, Milagros Bécquer, Adán Pol, Pilar Oquendo… pero no te preocupes, que se activa la maquinaria y seguro que alguien tiene manera de ubicarlos. No te digo el de María Isabel, porque seguro lo tienes, ¿no? Si no, “Se BusKKKa”. Está bien, y así comienza tu propuesta de sección para el Bole. Otro abrazo pa’ ti. Cuídate muchoooooo.
Pd: tu texto está integro, tal cual me llegó, solo resalté en rojo el nombre de los que reenvío.
EPY

Hola, Maricusa y Comité Organizador, ¿qué tal los preparativos? Espero tengan buen tiempo ese día y mucha suerte con el transporte y demás coordinaciones.
Saludos sinceros, Cary Núñez

Tras leer el boletín no. 4 me atrevería a sugerirles incluyan en su mochila dos cosas:
1. Repelente o similar (ej. colonia ÉL o ELLA), pues con el revuelo de neuronas y feromonas que se avecina, los rodedores (con r) se van a dar banquete con el contingente.
2. Abundantes cítricos para mantenernos bien hidratados en la escalada. Se pueden llevar naturales o en jugo, “a capella” o dentro del Ron Collins o Screwdriver.
Nota: Rodedores: bichitos bastante rodedores (con j) que abundan en las tierras de Polo Montañéz.
Nuestro primer presidente fue Rafael Prats…, a quien le pongo copia de este mensaje.
Un abrazo inmenso: Cary
[Comprobado que este boletín nos ayuda a refrescar la mente. Me has dejado lelo con lo que has dicho de Rafael Prats: hasta hoy pensaba que nuestro primer presidente fue Carlos Manuel de Céspedes. En cuanto a las naranjas: las últimas que vi fue en un juego de pelota en el Latino… Creo que no voy a rectificar a más nadie, pues enseguida aparecen los “citricones”].

¡Coño, guajira!
¡Mira que yo estoy bajo emociones y tensiones que no se me quitarán hasta que no esté ante la loma!
Todo lo que escribes me llega al alma. Gracias por tus palabras. Por acá la cosa está que arde y el entusiasmo por verse se incrementa. Yo tengo guardadas dos velas, bien azules, para encenderlas en el momento preciso e invocar la protección de los espíritus burlones si hace falta. TODOS deben saber (si no lo saben lo repito, y no es matraca mía) que la comidita que nos comeremos en el lugar se resolvió gracias a ti, que desde la neblinosa y fría ciudad de Sherlock Holmes nos tiraste tremendo cabo, poniendo el contacto para llegar al restaurante de Las Terrazas.
Súmale más hijos a la lista: el hijo de EPY y las hijas de Bello y Payasá, que entraron juntos a la escuela, el hijo de Sergio, el hijo de Yamila Cohen, la hija de Sarah Urra, los dos hijos mayores de Mayra y Somonte, el hijo de Ileana Lazo, el hijo de Marla, la hija de Marusia, los dos hijos de Flora Pérez y ahora no recuerdo ningún otro, pero sé que hay más [¡el mío, que fue de los primeros en matricularse!].
Si ser de la Lenin es una estirpe, bien; si es una actitud ante la vida, bien; si es un signo, bien; si es una enfermedad incurable, vale también. Sea lo que sea se disfruta y se agradece, porque fue lo mejor que nos pasó cuando empezamos a dejar de ser niños.
Un beso para ti y recibe todo el cariño de tu gente. El mío, vale por 32*.
EPY
*Años de graduados que se cumplirán en julio.

CHICHO, que nos siguen pa’ todas partes esposas, esposos, hijos, hijas, hermanas, hermanos, nietas, nietos y hasta las mascotas. Si no que lo diga Luz Virginia, que llevó a los bebecitos con biberón y todo, jé.


Para cualquier maestro son indescriptibles el orgullo y el privilegio de educar a un colectivo de estudiantes tan preciosos, excelentes, únicos y valiosos como los de la Graduación 6to. Aniversario. Estamos en disposición de aceptarlos otra vez en 7mo.
Consejo de Dirección Escuela Vocacional Lenin


El rincón de los poetas

El autor de este poema es Rodolfo de la Fuente, el mismo que compuso una de las canciones más bellas que se hayan escrito en país alguno: Mujer si la distancia es esa huella (“… de caminos distantes que me envuelven/ tú no eres la distancia ni lo lejos/ sino lo cerca que te me disuelves…”). La presentó en un Guzmán y no obtuvo el Gran Premio; no obstante, fue la única de esa edición (1979, si mal no recuerdo) que trascendió.
Tiene escrito mucho más, pero solo con estas dos obras ya puede dormir tranquilo. Díganselo dondequiera que esté.


Coger lucha

Yo cojo lucha.
Voy con mi cólera y su ola
contra el que deja lo de hoy para mañana
y hace esperar la vida,
contra el que se equivoca
y arguye que es humano,
contra el que mira por encima del hombro
a los de a pie,
el que supone que el tiempo ajeno es suyo.
No me siento conforme
y niego mi canción a los papeles sucios,
a los que el vientre les pesa demasiado,
más que la verdad,
al que teme a la espina y gusta de las rosas.
Voy contra el que no se apura
porque la vida
es larga.
Yo cojo lucha.
Le echo la jauría de mi rabia
a los mercaderes y a su templo,
al que teme y se calla,
al que acaba a las cinco y pa’ más nadie,
a los que necesitan original y copia sobre todo,
al que secretamente subestima y abiertamente ordena,
a los que no se van (y se han ido por dentro),
a los que aprueban un por ciento y no a un alumno,
a los que se engañan entre sí
y alzan un muro hueco a la vida que hacemos.
Contra todos
—bestias de calma y bloqueo—
no paro mi canción definitiva,
a pie de obra:
no bajo la guardia:
desde aquí los denuncio por traidores.
Yo sí cojo lucha.


Son los sueños todavía…

“Ser fiel, fiel a sí mismo,
es mucho más que un deber.
Vivir, vivir a todo trance,
saberse vivo siempre y hasta el final”.
Boris Pasternak


Nunca podremos olvidar estos años. Mañana, cuando seamos maduros y tengamos más responsabilidades ante la vida, miraremos el pasado y recordaremos todos los momentos de este pedazo de nuestra vida que ahora se quiere desprender de nosotros.
Tenemos el deber, a partir de este instante, de ser más revolucionarios, más comunistas, de seguir el ejemplo del inolvidable Guerrillero Heroico, cuya viva imagen está grabada en este rincón de la Sierra del Rosario. La Revolución lo exige de nosotros, y nosotros no le fallaremos. Estudiaremos para en el futuro poder ser ingenieros, médicos, licenciados, en fin, para ser útiles a esta sociedad de hombres libres.
La construcción del socialismo espera por nuestra ayuda, y en cualquier trinchera que haga falta estaremos presentes con los ojos bien abiertos hacia el futuro de la patria, para hacer una sociedad mucho más desarrollada, para que nuestros hijos puedan tener una graduación mucho mejor que la nuestra.
Hemos pasado días inolvidables en este lugar lleno de historia. Aquí hemos disfrutado los últimos días de esta dulce etapa de nuestras vidas. Nunca se borrarán de mi mente.

He citado, sin coma de más o de menos, un fragmento de mi Diario del Taburete de julio de 1980. Es ingenuo, sí, como ingenuos éramos aquel grupo de jóvenes que cosimos pelotas confiados en que nuestro béisbol estaría siempre en la cumbre; que ensamblábamos radios seguros de que solo Japón nos superaba en tecnología; que fabricamos antenas con la convicción de que veríamos algún día todos los canales…
Los mismos jóvenes que regresamos en silencio, de la Plaza a la Lenin, a llorar nuestro dolor enérgico y viril aquel 15 de octubre de 1976; los que el 28 de julio de 1978 salimos del Latino gritando: “¡Arriba, abajo, los yanquis pal carajo!; los que cantamos a los veinte años de la firme trayectoria emprendida por nuestra Revolución.
Ya no somos los mismos ni podemos serlo, pero cuando leo al joven que fui, que subió al Taburete buscando al Che, no me río: le pido que nunca se arrepienta de lo que hizo o pensó. Que no olvide decirle a mi hijo que sus sueños no serán semejantes a los nuestros, que hasta puede que asuman otros colores, pero son sus sueños. Y que nosotros dos, el muchacho del 80 y el señor del 2012, seguiremos cogiendo lucha para sostenérselos.
El Globo se desinfla y los pulmones reservan el poco aire que les queda para emprender el camino que aún deja percibir nuestras huellas. Las botas ya no lo pisarán como antes, pero iremos felices cuesta arriba, seguros de que el buen amigo nos seguirá para cuidarnos de una caída y nosotros le corresponderemos previéndolo del obstáculo.
¡Arriba, muchachos, compañeros de mi vida, que llegaremos todos! Y allá en la cima hemos de sentarnos a otear el horizonte, porque este taburete está hecho del mismo cuero con que curtimos la esperanza.


Créditos (sin fondo)

Revista El Globo
Órgano Oficial de la Operación Taburete 2
No. 5 y final (¿qué mejor nota podemos buscar?) / Jueves 19 de abril de 2012

Textos y edición
Jorge Fernández Era (redalba@callee.icm.cu / erajfe@yahoo.es)
Queridos amigos (hermanos) de siempre y por siempre: no me pierdo ni los pierdo. En la editorial José Martí —a solo cien metros de la funeraria de Calzada y K— tienen a alguien que los ama. Pueden pasar a verme cuando lo deseen. Si demoran diez o quince años se ahorran una cuadra.

Colaboraciones
Isys Pelier Álvarez (gracias de nuevo), Anicia Fuentes, Lily, Ofelia Pérez, Humberto Cornillot y Alfredo Rivera Delcourt.
Trabajadores del restaurante CG km 3½.
Ricardo Mesa (diseñador, buen amigo, y exleninista también, pero de la graduación de 1994; llevó a feliz término la idea que le di para la última página).

Agradecimientos especiales
A Edelmira Pedris Yumar (edelmira.com@sepsa.cu) (demostró con creces que, además de ser nuestra PRESIDENTA, principal promotora de este y otros reencuentros, de tener méritos de sobra para que su nombre quede grabado en nuestra loma, y de ser una bellísima persona, escribe muy, pero que muy bien).
A Osvaldo Marrero, Yamila Cohen Valdés, María Elena Pérez (Maricusa), Tatiana Zayas, Guille Ramos, Yisus, Sergio del Castillo (El Titi), Ofelia Pérez, Luis Riverón, Cary Núñez, María Antonia Herrera, Ileana Álvarez Aportela, Maritza Ravelo, Luz Virginia Chávez, Fausto Canet, Sergio del Castillo, Pedro Luis Bello, José Antonio Carratalá, Marla Oiz, Frank Amores, Alicia Pérez, Ana María Baldor, Lily, y a todos nuestros galenos.

¡Que no pare el tren!
Pasado-mañana evocaremos el pasado-ayer
¡Solo faltan dos días!

(ahora pase a la próxima estación, esto no se ha acabado)



La loma del Taburete

La loma El Taburete, aledaña a la autopista Habana-Pinar del Río, se encuentra situada en el municipio pinareño de Candelaria. Su grado de dificultad es medio-alto. El ascenso a la elevación se realiza por un camino que forma parte del Plan Forestal de la Sierra del Rosario, una de las cordilleras más ricas en fauna, vegetación y accidentes naturales del país. La cima se halla situada a 452 metros de altura. Desde ella se puede divisar la llanura sur de Pinar del Río y el golfo de Batabanó.
En el lugar se preparó parte de la guerrilla que acompañó a Ernesto Che Guevara en la gesta boliviana.
En la propia provincia se encuentra también la Cueva de los Portales, estratégico sitio donde estuvo enclavada la Comandancia del Guerrillero Heroico durante la Crisis de Octubre de 1962.
Muy cerca de la loma del Taburete fue inaugurada en 1965 la Comunidad Las Terrazas, uno de los más importantes planes urbanísticos emprendidos por la Revolución y sitio de referencia para el estudio de la arquitectura cubana.
Los tres sitios de la geografía pinareña fueron visitados por los estudiantes de la Graduación 6to. Aniversario de la Escuela Vocacional Lenin entre los días 8 y 12 de julio de 1980.
El primero en arribar a la cima del Taburete fue nuestro hermano Jeli, hijo de Jesús Suárez Gayol, primer miembro de la tropa del Che en caer en tierras bolivianas y ascender a la cumbre de la historia patria.

Che:
Los que desde niños aprendimos a quererte llegamos un día a esta histórica altura de la que un día partiste a ponerle cerco a la muerte.
Acá estamos otra vez, menos jóvenes y un poco más viejos, para decirte que todavía el hombre nuevo que soñaste está por nacer, pero la esperanza sigue intacta.

 No les (en)cuesta nada

Por Oficina Nacional de Estadísticas
Colaboración: revista Opina

Por este medio hacemos la convocatoria a una encuesta muy seria, que queda lanzada desde ya por este medio que se nombra El Globo. Que nos perdonen los especialistas en la materia, pero profesionalmente no estamos calificados ni para gradientes, ni para algoritmos, ni para diagramas de barras, ni para barras en el gimnasio de la Vocacional, mucho menos para revisar con todas las de la ley los resultados del estudio estadístico. No nos avergüenza porque, en definitiva, la pesquisa más seria que se realiza en nuestro país es el Censo de Población y Viviendas, y aún esperamos que sean puestos en conocimiento de la población (y de la vivienda), es un ejemplo, la densidad por kilómetro cuadrado de lavadoras Aurika que sobreviven en suelo patrio.
La escuesta de El Globo (reiteramos: MUY SERIA) tiene como único objetivo conocer, ya no el grado de aceptación de la publicación, que superó todas las expectativas previamente planteadas por el estudio de mercado realizado antes de pulsar la tecla “enviar” (“¡Verdad que son instruidos estos muchachos…!”), sino para coger tamaño de bola (“¡…partida de principiantes y mequetrefes!”) sobre cuáles han sido los trabajos que más han calado en los miles de lectores [¡miles, sí!, y al que no le guste: ¡¡¡que se vaya!!!].
Cuando concluya esta perorata insulsa y enrevesada, hallarán una planilla que contiene la lista de todo lo publicado en nuestras páginas (se obvia, por razones obvias, los correos y mensajes obvios).
¿Que qué les pedimos?: que en el subrayado ustedes señalen, por orden decreciente, los doce[1] trabajos que más hayan grabado en el subconsciente nuestros inteligentes, cultos, sagaces y avispados lectores (“…Bueno, sí, son geniales estos mequetrefes”).

(Ejemplo)
12 “El rendimiento cañero: una deuda aún por saldar” [Si fuera la única…]. El tema preferido: todos los cubanos vivimos pendientes de cómo va el asunto de la dulce gramínea.
11 Científicos santiagueros descubren elixir de la juventud. Trasladada hacia el Turquino actividad de la Graduación 6to. Aniversario. (Segunda noticia en el orden de preferencia).
10 Asesinó a su madre sin motivo justificado[2] (el morbo mueve multitudes). Medalla de bronce entre los trabajos más gustados.

…Y así sucesivamente hasta llegar a la elección número 12, que obtendrá solo un punto, pero superará en popularidad a los que no cojan cajita.
Serán computadas todas las planillas recibidas, de manera que aquellos trabajos periodísticos o no periodísticos que obtengan la mayor cantidad de puntos serán (con un margen de error de 2,03%) los que ostenten el honor deser proclamados los elegidos de ustedes. La relación de los 12 privilegiados se enviará por correo electrónico a todos los leninistas junto a los resultados del concurso convocado por la entusiasta Ana María Baldor, consistente en enviar a Edelmira, a partir del domingo 22, las impresiones sobre la preciosa jornada que nos espera en el Taburete el sábado 21. La fecha de cierre de ambos concursos será el jueves 26 de mayo (¡Ya estamos en 26!), y los resultados serán dados a conocer el jueves 3 de mayo [esto se me está pareciendo a El club de los jueves, de Chesterton]. El jurado estará presidido por Rocío Jurado.

Cómo enviar las planillas
Cada usuario (“¡Vaya palabreja!”) recortará en su ordenador la planilla (después que la llene, claro) y la pegará (con cuidado, para que no se desprenda) en otro archivo Word que será adjuntado en un correo electrónico que rece en su asunto: “En Pérez Cuesta / Nombre y apellidos del participante”.
Aceptaremos también el envío de los datos mediante celulares. Se ha hecho la gestión con Cubacel (donde trabaja un colega nuestro) para poner a disposición de ustedes el número 53835482 [el mío; a ver si de paso los de “allá” me lo recargan… ¡Más de 20 vale doble!], con un procedimiento muy sencillo:

-Marque el número. Oirá el ulular del timbre (“Ya me sonaba flojo el tipo este …”).
-Sentirá que descuelgan del otro lado. Espere unos minutos… (la planilla es extensa y el cable de fibra óptica Venezuela-Cuba resultó ser pura matraca).
-Finalmente, aparecerá en su pantalla el siguiente texto:

“Su saldo de cuenta es 0.00 CUC y acaba de expirar (esperamos que junto a usted) en estos precisos instantes. Envíe la planilla como todo el mundo y no se haga el importante”

¿Que qué pretendemos con esto? (¡señor mío: qué bloque de zeolita tiene esta gente en el moroco!): en primer lugar, valorar si gustan del tono desenfadado del boletín o prefieren algo estilo Tribuna de La Habana. Segundo: para cualquier profesional es MUY IMPORTANTE conocer si su labor ha rendido frutos. En el caso específico del periodismo (“¡Qué pretensiosos: llamar periodismo a esto!”), es una manera de observar hacia qué punto cardinal señala la veleta de los lectores. Eso se llama retroalimentación.[1]
No demoramos más. He aquí la planilla para que la llenen (por favor, con cuidado, no vaya a ser que se estruje):

No les (en)cuesta nada / Planilla

__ La carta (carta a Edelmira asunto almuerzo).
__ Lineamientos / Taburete 2.
__ El rincón de los poetas (Es como un teorema la vida…).
__ Di-lema (sobre nuestro lema).
__ Himno de los reincidentes (sobre nuestro himno).
__ El baúl de los recuerdos 1 (foto de las quinceañeras).
__ El baúl de los recuerdos 2 (almanaque de 1980).
__ Consulta al logopeda (sobre nuestro logo locomoteril).
__ El rincón de los poetas 1 (poema de Eduardo del Llano).
__ Raticida 1 (sobre la OCHICODA).
__ Edicto real (disposiciones complementarias al reglamento).
__ ¡Sufran! 1 (Marcha del pueblo combatiente).
__ Raticida 2 (nos escriben desde la Ciénaga de Zapata).
__ Otra rectificación de errores y tendencias negativas (anexo necesario).
__ El bueno de Bouza (Luis goza y el profe sufre…).
__ Estrellas y cometas (una hermosa reflexión sobre la naturaleza humana).
__ El rincón de los poetas 2 (poema de Fernán de Cera).
__ ¡Última noticia! (El Globo ha sido colgado en Facebook).
__ ¡Importante! 1 (Sobre adelanto de la fecha de salida del no. 5).
__ 32 y más pa’lante (sobre el coloquio del mismo nombre).
__ ¡Sufran! 2 (¡Protesto!).
__ Aventuras de Pelagia y León Ramucho (apasionantes episodios…).
__ Dialéctica o metafísica (¡esto sí es dominar el marxismo!).
__ El baúl de los recuerdos (comentarios sobre el Carnet de Conducta).
__ El rincón de los poetas 3 (poema de Ileana Álvarez sobre el XI Festival).
__ Créalo o no lo crea (el juego en Cuba… y otros demonios).
__ Una colaboración muy íntima (sobre normas y almohadillas sanitarias).
__ Carrera con obstáculos (XI años en la universidad).
__ Cartelera (sobre documental de Eduardo y decameroncidio en 23 y 12).
__ Sugerencias del chef (sobre almuerzo en Las Terrazas).
__ Raticida 2 (sobre egocentrismo del editor).
__ Al cierre (el aguatero de la Lenin no quiere que le agüen la fiesta).
__ Ahora soy el rey… (interviú a un colega emprendedor y sagaz).
__ ¡Importante! 2 (curtura, difusión, adornos y transportación).
__ ¡Sufran! 3 (De cuando Silvio comenzó su madurez).
__ Un lugar con magia (Edelmira regresa a la Lenin…).
__ El baúl de los recuerdos 3 (evocación a las madres combatientes).
__ Años que son bobería (una muchacha de 17 brinda ánimos para continuar).
__ Apuntes para la graduación (Anicia desempolva su diario y nos conmueve).
__ La víspera (lo que pudiera pasar el día antes de la ascensión).
__ Reglamento del viaje del reencuentro (recetario de la doctora Lily).
__ Un lamentable incidente (las autoridades intervienen…).
__ Más lamentable entodavía (los inconvenientes de ser famoso).
__ Anecdotario. Un clavado saca a otro (Ofelia se la da de valiente…).
__ Anecdotario. Di por qué, dime, abuelita (Cornillot filosofa).
__ Anecdotario. Una picúa que quería hacer tortilla (algo porno para variar).
__ El encuentro (lo que pudiera pasar el día de la ascensión).
__ El rincón de los poetas 4 (poema de Rodolfo de la Fuente).
__ Son los sueños todavía… (a manera de despedida).
__ La loma del Taburete.
__ No les (en)cuesta nada.
__ Afiche final (…ahora lloren).




[1] Retroalimentación: epidemia declarada en el archipiélago cubano entre finales de la década del 80 y principios de la del 90. Aunque se ha logrado frenar el ritmo ascendente de casos, ya ha sido declarada endémica por la OMS.


[1] La graduación de grado 12 se realizó un día 12.
[2] Frase reiterada en el plan de estudios de la carrera de Periodismo. Unos dicen que es real, otros que no, pero el titular es como para chuparse los dedos.




1 comentario:

  1. Ustedes generan adiccion....llevo dias leyendo y releyendo los Boletines Tabureteros y "rebobinando" el cassette y buscandome en las escenas de la escuela que tan bien describen... salen tantos nombres en sus relatos y me vienen a la mente como eran en aquellos años... me llama la atencion que ustedes mencionan a muchos profesores, sin embargo mi grupo del Destacamento se estreno ( ose estrello) con ustedes...y para mi generacion ustedes fueron los alumnos mas importantes (los mas queridos y apreciados)...pero no nos mencionan...solo mencionan a Tony (de Matematicas)... pero el grueso de nuestro grupo pasa inadvertido en sus memorias...eso no disminuye para nada lo que sentimos por ustedes... Dejame ver si aporto nombres y si esos nombres nos hacen "resucitar" antes ustedes.... Se acuerdan de Ernesto Santana (Español) que era mas escritor que maestro.. ademas jugaba muy bien "basket" y era fan de la piscina? Se acuerdan de Ernestico Rodriguez (Historia) que era mas fotografo y periodista que historiador (ahora anda por la UNAM), se acuerdan de Santiago Martinez? El eterno Buena Gente !!!, de Isabel del Campo, de Pepocha, de Cuzco, de Minou y Lourdes Baldoquin (Matematica), de Aimee Vega, De Chacha, de Rosa America la de Geografia y La Gallega, y Gudelia (la blanca no la prieta... ) la de Geografia, de Lourdes Ramirez (la Titi), de Mary martell de Español... de Charito, Andrea, Marlen Fdez (estas tres ultimas tambien de español)...de Jose Lazaro y Sergio Leon (Historia)... de Maura Salabarria y Lourdes Socarras...y Maria Hortensia ...y Yuya (todas de Historia)... se acuerdan de Elena Caso y Barbara Betancourt (la rubia inigualable)... ..de Marlene Masrua, de Silvia Elena...y que me dicen de Emilio del Cañal (el tipo que mas Matematica sabe).... y de Sergio Vildosola (mas bueno que el pan)...y de Nimia y Rebeca...y de Zuleica Romay (la negra de alto vuelo que hoy dirige el Instituto del Libro y es Premio Casa) en fin... para todo este grupo que acabo de mencionar ustedes fueron nuestros primeros alumnos... teniamos escasamente 3 o 4 aaños mas que ustedes... Me recuerdo las caras de decepcion de los padres de ustedes cuando llegaron por primera vez ala escuela (esperando a unos super-maestros) y se encontratraron que eramos nosotros... Tratamos de ser buenos maestros, algunos lo lograron otros no...muchos nunca mas nos dedicamos a dar clases y retomamos el camino de nuestra verdadera vocacion que por obra de la contingencia se nos habia truncado... pero lo que si les piuedo asegurar es que todos nosotros fuimos mejores personas despues que vivimos la experiencia de conocerlos a ustedes... yo no se cual fue el misterio de esa generacion pero despues tuve que trabajar con otros grupos (otros años) y nunca fue igual...el grupo de ustedes tuvo y tiene una magia que no nunca he vuelto a encontrar...Ya todos somos viejos (aunque no lo queramos reconocer) pero no hay forma que se disuelvan tan buenos recuerdos de nuestras vidas...

    Cuanto me hubiera gustado poder verlos de nuevo en esta aventura del Taburete... la vida da muchas vueltas y en este movimiento centrifugo algunos salimos disparados a lugares lejanos...yo soy uno de ellos...pero siempre estare ahi... como Lelinero como dice Edelmira...

    Les mando un fuertisisimo abrazo a todos...y aunque no aparezco nombrado en las anecdotas es posible que alguno si se acuerde de mi... Osvaldo (Mikito) el profe de Geografia...

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